La Basílica San Ponciano, deslucida por un año de obras que no avanzan
| 13 de Agosto de 2016 | 02:31

La ejecución de las obras para devolverle a la Basílica San Ponciano su histórico brillo llevan más de un año sumidas en una larga espera. En rigor, los trabajos de remodelación prácticamente no arrancaron, al margen de una etapa de diagnóstico para detectar las patologías que afectan al histórico templo de diagonal 80 y 48. Y, que se sepa, ni siquiera se licitaron las obras demoradas.
Ello pese a que un molesto pasadizo copa, desde principios del año pasado, la vereda que da a calle 5, causando innumerables contratiempos a los transeúntes. Y que toda una nave interior de la Basílica se encuentra, desde entonces, tapiada por maderas y cerrada al uso.
“Las obras están paradas hace un año”, explica monseñor Raúl Gross, quien reconoce que esta situación ha causado toda clase de dificultades y motivó que el propio sacerdote enviara una carta al ministerio de Infraestructura de la Provincia pidiendo explicaciones por las demoras.
“En su momento nos plantearon la recuperación del templo en tres etapas. Una de diagnóstico, para detectar los males, porque la pared que da a la calle 5 cedía (cuenta con fisuras y grietas en sus muros portantes). Esa parte se completó. Determinaron que había problemas en los cimientos y la ausencia de una viga que figura en los planos pero no está construida, además de que el terreno es movedizo”, explicó Gross.
También se trabajó en una segunda etapa, que apuntaba a determinar un plan de acción para encarar la restauración del templo. Pero desde entonces el proyecto está frenado. “Justamente cuando venía la etapa de la ejecución de los trabajos. Por lo que tenemos informado todavía ni siquiera se licitó”, aseguró el sacerdote a cargo de la emblemática Basílica.
Hay que recordar que el edificio, declarado “Monumento Histórico Arquitectónico y Artístico de la provincia de Buenos Aires”, pertenece a la administración bonaerense “porque así lo dejó expresado Dardo Rocha”, señalaron desde el templo. Por tanto, el mantenimiento edilicio -y la restauración en cuestión- está a cargo del gobierno provincial.
La paralización de las obras se traduce en una larga lista de contratiempos. “Hemos recibido quejas de los fieles y de la gente que lleva a los chicos al Jardín, dado que la pasarela metálica que han hecho sobre 5 está rota y los peatones tienen que bajar a la calle para pasar porque es insegura”, dijo Gross, y resaltó que eso sucede en una esquina de riesgo por la congestión vial en horas pico.
“Además tenemos toda una nave interior sin poder usar. Es la que tiene altares laterales y el espacio de los confesionarios. Y donde también está la fuente de calefacción de la iglesia, una suerte de estufa enorme, por lo que estuvimos todo el invierno sin calefactores”, agregó.
El templo está deslucido por las estructuras que han montado, “un cercado de chapas sin sentido porque no están haciendo nada. Recibimos planteos de la gente que viene a la iglesia todos los días porque no pueden usar la vereda o su altar sagrado y hasta de personas que se casan y no les resulta nada grato que el templo esté en estas condiciones”, concluyó Gross.
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