Tiene 68 años y vive con un riñón de 100
| 13 de Agosto de 2016 | 02:13

Cuando en 1973 Sue Westhead recibió un riñón de su madre por una insuficiencia renal, sólo un tercio de los riñones trasplantados duraban más de cinco años. Ese era de hecho el plazo que esta mujer británica esperaba que el órgano le sirviera antes de tener que recurrir a una nueva donación. Pero desde entonces han pasado ya más de cuatro décadas y el riñón implantando continua funcionando dentro de su cuerpo como si hubiera nacido con él. Hoy Sue tiene 68 y su riñón superó los 100.
Si la historia de Sue Westhead aparece por estas horas en diarios de todo el mundo es porque su caso resulta absolutamente excepcional. Aun con todos los avances que se han registrado en el campo de la trasplantología en las últimas décadas, los mejores pronósticos de vida útil para un riñón de donante vivo rondan hoy los veinte años, menos de la mitad que en el caso de esta mujer, que tendría el injerto renal más longevo del mundo.
La historia de Sue Westhead, que vive en el condado de Durham y trabaja como secretaria para una organización benéfica, se remonta a comienzos de la década del 70 cuando su salud comenzó a desmejorar y los médicos le dijeron que debía someterse a un trasplante de riñón para sobrevivir. Fue entonces que su madre, Ann Metcalfe, que en aquel momento tenía 57 años, decidió que sería ella quien le donara un riñón.
Al recibir el diagnóstico, Sue sólo tenía una décima parte de la capacidad renal normal. “Casi no podía caminar, tenía un color de piel diferente: estaba amarilla. Me sentía muy asustada a pesar de que seguía viva en la sala del hospital donde la gente se estaba muriendo”, recuerda la mujer, quien entonces tenía 25 años y creía que no iba a sobrevivir.
La intervención se realizó en el Hospital Royal Victoria de Newcastle, Inglaterra y llegó a los diarios locales por lo inusual: en aquellos días los trasplantes con órganos de donantes vivos eran relativamente raros. Tampoco las perspectivas médicas en torno a ellos eran como las de hoy: sólo entre 30 y 40% de los riñones trasplantados duraban cinco años.
“Recuerdo que pensé: ‘si vivo cinco años seré feliz’. Eso fue hace 43 años y mi riñón va a cumplir 101 años en noviembre”, comenta Sue, quien asegura que la longevidad de su órgano se debe a los “buenos genes” de su madre y al cuidado que ella misma le da: en todo este tiempo nunca ha dejado de tomar las cerca de veinte pastillas por día que tiene indicadas para evitar que el órgano sea rechazado por sus sistema inmunológico.
Aunque debe cuidarse algo más de lo habitual, Westhead asegura llevar una vida normal: “estoy muy pendiente de tomar mis medicamentos a tiempo y tengo cuidado con mi peso, pero por lo demás vivo una vida perfectamente normal y siempre he trabajado”, cuenta ella.
Acaso por esa razón o por otras difíciles de precisar, lo cierto es que un siglo entero de prestar servicio en dos cuerpos, el riñón recibido por Sue se encuentra en perfecto estado, según constataron los médicos en un reciente chequeo de salud.
“Creo que mi mamá hubiera estado encantada de que su riñón durase tanto tiempo. Ella me dio la vida no sólo cuando nací, me dio una increíble segunda oportunidad”, comenta Westhead.
El Trasplante Renal es una de las terapéuticas universalmente aceptadas para el tratamiento de la Insuficiencia Renal Crónica Terminal (IRCT), enfermedad a la cual se puede llegar a través de múltiples vías.
La insuficiencia renal terminal no es una enfermedad en particular sino un conjunto de manifestaciones clínicas que son consecuencia de la pérdida progresiva y permanente del funcionamiento renal.
El agregado de terminal implica que este deterioro funcional es de grado extremo, y que de no iniciar algún tratamiento sustitutivo de la función renal, sobrevendrá la muerte.
El hecho de que la insuficiencia renal cuente con tratamientos alternativos que suplanten la función del riñón (hemodiálisis, diálisis peritoneal), capaces de mantener a los pacientes con vida durante muchos años (en la actualidad la expectativa de vida de un paciente en diálisis supera los 10 años), hace que las listas de espera de trasplante renal serán cuantitativamente superiores a las de otros órganos que no cuentan con tratamientos alternativos.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE