El boom del “oficio” de arreglar la casa

Cada vez más vecinos quieren aprender a reparar las cosas del hogar. Ahorro y satisfacción

Hay una pérdida en el bajo mesada y una persistente mancha de humedad en un rincón del dormitorio, ¿qué hago? Llega el invierno, ¿funcionarán bien las estufas? ¿Cómo se encuentra la instalación eléctrica? Esa ventana está mal colocada. El presupuesto que me pasaron, ¿es correcto?. Inquietudes de ese tipo o similares suelen ir acompañadas por un impotente “ni idea”. Pero cada vez son más los que se cansan de repetir esa frase y se interesan por las “cosas de la casa”.

En la facultad de Arquitectura de La Plata se dicta, desde el 2013, un curso teórico-práctico destinado a “aportar herramientas para el mejoramiento de la vivienda en un entorno de autoconstrucción. Y con ello, posibilitar una vida más saludable y segura para quienes la habitan”, explica la profesora de la unidad académica y coordinadora de la iniciativa, Nelly Lombardi.

Hay muchas formas de ocuparse de las cuestiones del hogar. Y todas, vale subrayarlo, implican un ahorro para la economía familiar. Desde “saber de qué se trata” para controlar si un trabajo que se encargó está bien hecho; realizar arreglos con las propias manos, hasta la ampliación o construcción de la vivienda propia.

“El curso del 2013 se realizó para los inundados que necesitaban reacondicionar su vivienda. En 2014 se abrió a la comunidad y la asistencia se dividió 50 y 50 (damnificados por el agua e interesados en general). El año pasado fue un boom, y quedó mucha gente en lista de espera”, cuenta Lombardi, para resaltar que “está dirigido a quienes no tienen ningún conocimiento; a los que quieren dar el primer paso para aprender un oficio, y a aquellos que conocen los oficios pero quieren completar saberes”.

Adriana Zara es ingeniera en Sistemas. Fue alumna del masivo curso 2015. A días de que se inicie la edición 2016, cuenta que “cansada” de inundarse en 8 y 32 compró un terreno en las afueras y se está haciendo una casa ecológica con fardo y adobe.

“No con mis manos, pero ahora entiendo qué están haciendo y cómo, lo cual me brinda mucha confianza, algo muy importante”, dice y cuenta que se acercó a la facultad “porque soy curiosa y me gusta saber, arreglar, construir. Aquí, como la formación es fundamentalmente práctica, todos hacemos todo, estamos en contacto con los materiales, aprendemos a retorcer y anudar el hierro. Te abre la cabeza”.

pastones en el aula

De hecho, el Aula 4 de Arquitectura se convierte “en una obra”, grafica Nelly Lombardi. “Aquí hemos hecho baños y cocinas, instalaciones eléctricas, levantamos una pared, todo. Hay que aclarar que los trabajos de electricidad y gas requieren de matriculados, pero es vital conocer para tener una casa segura y saludable”, dice y resalta “apuntamos a conseguir seguridad constructiva y estructural de la vivienda desde sus fundaciones hasta la cubierta”.

“Esto ha sido un haz de luz. Compartir el trabajo, aprender. Se ha dado un intercambio riquísimo. Y ahora se puede aplicar en casa”, comenta Nilda Duarte, enfermera, quien realizó el curso 2015 junto con su hermana Lidia.

Daniel Legagñoa Ferrero es empleado administrativo de la facultad y hace poco se licenció en Gestión Universitaria. “Es tan heterogéneo el alumnado, que uno se nutre de distintos saberes a la vez que comparte momentos excelentes”, dice y compara: “Parece un taller vertical de la carrera (de arquitectura), donde hay alumnos de 1º a 6º año. Acá hay gente de la construcción y quienes no saben nada. Hay gente de todo tipo y edad. Y terminamos trabajando todos juntos, aprendiendo muchísimo. Fantástico”, afirma.

El curso denominado “Formación técnica y hábitat: vivienda saludable y segura” está organizado en 13 encuentros.

Consta de un encuentro semanal teórico-práctico de 3 horas de duración.

“A cada participante se le entrega un certificado”, puntualiza Lombardi, para indicar que el curso “se ha consolidado como uno de los espacios de extensión más fuertes de Arquitectura”.

No es casual que se brinde dentro de la casa de estudios. “La idea es que la gente se apropie de la facultad, porque en definitiva es la sociedad la que la mantiene”, enfatiza.

Además de las charlas teóricas y de la práctica de taller, se entrega a cada participante un material didáctico a modo de manual de consulta que les queda para siempre.

Se sabe de estudiantes de la unidad académica que lo han pedido para fotocopiarlo.

Pese a ello, se indica en 47 y 117 que “esta primera etapa de cursos es de carácter básico y de escala acotada a vivienda mínima”.

El plantel docente es de “excelente nivel”, dicen Daniel, Adriana y Nilda.

Allí están, junto con Lombardi, profesores invitados del área técnica como la arquitecta Adriana Toigo y el ingeniero Martín Ghersi.

El equipo se completa con la colaboración de graduados noveles, como Talia Salomone, Victoria Deckleva, Inés Hassan y Santiago Asprella.

“En algún tema específico se invita a participar a técnicos que ejecutan oficios, así como al sector comercial de la construcción para acercar el mundo de la obra al aula”, se añade.

cuarta edicion

La edición 2016 -la cuarta- del curso de mejoramiento de la vivienda comenzará el lunes 12 de septiembre.

Las clases se desarrollarán todos los lunes, de seis de la tarde a nueve de la noche, en el Aula 4 de la facultad.

Como se dijo, son 13 encuentros y “cuando el lunes es feriado, la clase se pasa automáticamente al martes de la misma semana”, aclararon en la secretaría de Extensión de Arquitectura.

Para consultas se puede llamar al 423-6587 al 90, interno 243, o escribir a extension@fau.unlp.edu.ar.

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