Sin brillar, dejó a Los Andes en el camino y se metió en octavos

Por MARTIN CABRERA 
COMENTARIO

No hubo medallas en juego, ni récords mundiales a batir. No tuvo tampoco los ojos del mundo deportivo encima. Pero nadie podrá decir que el triunfo de Estudiantes sobre Los Andes por 2-0 no fue merecido, para meterse en los octavos de final de la Copa Argentina.

A la misma hora que la Generación Dorada le ganaba un partidazo a Brasil y en simultáneo con el triunfo de Juan Martín Del Potro sobre Rafa Nadal, el equipo de Nelson Vivas jugó su primer partido oficial de renombre en el semestre. Lo aprobó, con seis puntos. No deslumbró y tampoco brilló como se esperaba. Ganó y punto. Con justicia, es cierto. Y de paso se metió entre los mejores 16 equipos de la Copa Argentina.

El Pincha no jugó demasiado bien en el primer tiempo. Los Andes, con Nicolás Ramírez, Ramiro López y Cristian Bordacahar manejó la pelota en ofensiva. Demasiado, por tratarse de un rival inferior. Por el sector de Facundo Sánchez y Augusto Solari lastimó y sólo su falta de jerarquía le impidió ponerse al frente en el marcador. También se lo impidió Mariano Andújar, que de movida se estiró abajo, sobre su costado derecho, para desviarle al córner un remate de gol a Ramiro López.

Poco hizo Estudiantes en esos primeros 45 minutos. Lucas Rodríguez se perdió en la izquierda y la falta de conductor quedó evidenciado como pocas veces. No pudo nunca prevalecer en el juego y recién en el final de la etapa logró el gol que le dio cierta tranquilidad.

Córner desde la derecha que tiró Tití Rodríguez al vértice derecho del área chica. Allí anticipó Facundo Sánchez y Maxi Gagliardo despejó a un costado. Allí estaba Lucas Viatri, astuto, y con un fuerte remate alto rompió el cero.

En el segundo tiempo el partido cambió. Los Andes ya no manejó tanto la pelota y le costó mucho superar el pressing de Estudiantes en la mitad de la cancha. Se le mojaron los papeles a los de Lomas, que jugaron el partido con tremenda actitud. Pero poco más.

El Pincha, con el Vasco Aguirregaray más adelantado, más consolidada la pareja de doble cinco (fue muy auspicioso el ingreso de Iván Gómez) y con Lucas Rodríguez decididamente en el rol de conductor, jugó en terreno rival, con mejor precisión que en los primeros 45 minutos. Así generó una buena cantidad de situaciones claras de gol.

Lo tuvo Solari en el arranque pero remató desviado, luego fue el ingresado Gabriel Graciani el que desperdició un mano a mano a los 26 minutos, y tras cartón el arquero rival le ahogó un remate con destino de gol al Chavo Desábato.

En esos 45 minutos Estudiantes justificó su victoria. Puso arriba de la mesa los atributos de un equipo y otro. Hasta que en el final, luego de un rebote tras un fallido intento de Graciani, llegó el segundo gol, a cargo de Tití Rodríguez, quien junto a Lucas Viatri y Mariano Andújar fue uno de los mejores jugadores de la cancha.

Victoria y clasificación para el Pincha, que otra vez se metió entre los 16 mejores equipos de la copa Argentina, una competencia que hoy no desvela porque el premio principal ya lo tiene asegurado (el boleto a la Libertadores 2017) pero que con el correr de los meses será más seductora. Ahora lo espera Unión, fecha y lugar a designar. Hasta entonces le durará esta alegría.

Ahora bien, a la hora de analizar el triunfo el cuerpo técnico habrá sacado varias cosas positivas y algunas negativas. Por ejemplo, que mantiene la solidez defensiva, que Braña está para aportar mucho, que bien físicamente Viatri es importante y que Tití Rodríguez sigue mostrando signos de recuperación. Pero del otro lado de la libreta debe haber anotado que el equipo no tiene juego de mitad de cancha hacia adelante, que le faltan variantes cuando no aparece el conductor y durante pasajes del partido el rival le maneja la pelota. Dos caras de un equipo al que le exigirá más este semestre que en el pasado. Pero que va por el buen camino.