El verdulero baleado en 1 y 66 está entre la vida y la muerte

“Fueron dos tiros que parecieron golpes”, dijeron algunos comerciantes de Plaza Matheu, sobre el ataque al dueño de una verdulería, que recibió un tiro el martes a la noche y que todavía está tratando de salir adelante, internado en estado grave en un hospital.

Eloy Quispe (27) estaba solo cuando dos sujetos se metieron en su negocio, ubicado del lado de El Mondongo, entre 66 y diagonal 73. Aparentemente entraron ya con el revólver en la mano, sin preámbulos ni simulaciones. Eran alrededor de las 20.30.

La versión oficial que dio la Policía en el comienzo hablaba de un intento de robo, en el que no se sabe si el verdulero pretendió defenderse. Esos voceros hablaron de un forcejeo, que desembocó en el disparo en el pecho que le dieron a Quispe.

Sin embargo, desde el entorno familiar del joven pusieron en duda esa posibilidad. Su versión apuntó a que los sujetos en realidad habrían ido a hacer “un ajuste de cuentas”.

En el marco de esa presunta venganza, desmarcaron de cualquier responsabilidad a Eloy: “Es un muchacho tranquilo, que nunca se mete con nadie y que solamente se dedica a la familia”, lo describió su cuñado Ricardo Montenegro.

Entonces, ¿por qué lo atacaron? “Algo llamativo fue que el anterior dueño del comercio, que justo estaba de viaje y le vendió el negocio, le dijo a Eloy que se cuidara, porque tal vez podía ir alguien a robarle”, sostuvo Yormelí, hermana de la víctima.

Al parecer y según el relato de la familia, Quispe habría adquirido el fondo de comercio por unos 30 mil pesos hace cinco meses. Además, se desempeña como obrero en una empresa constructora, contó Ricardo.

Cuando Eloy cayó herido de un balazo en el pecho, los delincuentes se escaparon “sin robarle la plata de la caja, la billetera ni el celular”, confirmó Yormelí.

No obstante, todas esas pertenencias “se las llevó alguien que dijo ser la madre de él, que se presentó ante la Policía en el hospital y no sabemos quién es. Cuando su mamá fue a reclamar todo eso, ya no lo tenían”, protestaron los parientes del joven.

A todo esto, Eloy sigue internado en el Policlínico en estado reservado. “Cuando escuché los tiros lo vi tirado en la puerta del negocio y llamé al patrullero. Después llegó la ambulancia, que tardó un poco”, señaló una joven que trabaja en un comercio aledaño.

El disparo le había entrado en el pecho pero no lo había dejado inconsciente en ese momento. “Hasta colaboró con los médicos para subir a la ambulancia. Pero después quedó inconsciente. Parece que la bala le afectó un pulmón, el hígado y un riñón, hasta quedar alojada en el cuerpo”, puntualizó Ricardo.

Todavía luchando por su vida, la víctima no pudo contar su versión de los hechos. Cuando pueda hacerlo, empezará a aclararse este panorama complejo.

Por ahora, hay más suposiciones que certezas. Dentro de estas últimas, se sabe que los delincuentes anduvieron a cara destapada, que “merodearon por la plaza antes dando unas vueltas” y que se escaparon en un Renault 9 gris.

Haya sido un robo o no, este episodio de inseguridad volvió a poner en boca de los vecinos las quejas por lo que entienden que es una “zona liberada”.