Sigue grave el chico tirado en el arroyo

Matías Barrera (20), quien lucha por su vida desde las primeras horas del domingo último, tras ser brutalmente golpeado en la puerta de una bailanta de Ringuelet y, arrojado al arroyo El Gato, fue sometido ayer a una delicada intervención quirúrgica de la cabeza y su estado continúa siendo crítico.

Allegados al joven, quien vive junto a su familia en el barrio San Carlos, informaron a este diario que la operación se llevó a cabo en el hospital de Gonnet.

En tal sentido, Ariana (18), una amiga de la víctima, le dijo anoche a EL DIA que “la operación se hizo al comenzar la tarde y duró entre cuatro y cinco horas”.

“Los médicos le extrajeron varios coágulos que se le formaron en la cabeza, debido a los violentos golpes que le dieron”, agregó.

Matías, como lo reflejó este diario en sus dos ediciones anteriores, fue encontrado inconsciente en el lecho seco del arroyo El Gato.

Los facultativos luego establecieron que presentaba un fuerte traumatismo de cráneo y heridas en el rostro.

El muchacho había ido el sábado a la noche, junto a un hermano y una hermana, a una bailanta que funciona en cercanías de camino Centenario y 514.

TESTIGO CLAVE

En su diálogo con este diario, la amiga de Matías puso el acento en afirmar que para la familia y los allegados al joven “quienes golpearon tan alevosamente a Matías fueron los propios patovicas de la bailanta”.

Y se apoyó para expresarlo en que “sabemos que hay un testigo del ataque a Matías, que es un joven que salió del boliche y, cuando estaba por irse, presenció la agresión”.

“Este chico -continuó Ariana- vio cuando lo golpearon hasta dejarlo desmayado en el piso. Y le dieron patadas en la cabeza hasta después de desvanecerlo”.

PEDIDO

La chica se hizo eco del reclamo de la familia de Barreda para que ese testigo “se presente a declarar en la Justicia lo que vio. Queremos que Matías se recupere pronto. Es trabajador y buen pibe”, aclaró.