Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Espectáculos |teatro en buenos aires

Federico Luppi en “Las últimas lunas”

En el C.C. de la Cooperación, una obra de Furio Bordon, sobre la melancólica poesía de la vejez

Federico Luppi en  “Las últimas lunas”

Federico Lupi y Susana Hornos, en una escena de “Las últimas lunas”, obra que se ofrece los viernes en calle Corrientes

2 de Agosto de 2016 | 00:47

Federico Luppi es el protagonista de “Las últimas lunas”, del autor italiano Furio Bordon, dirigida por Susana Hornos -quien también integra el elenco junto a Ramiro Vayo-, donde se describen las vicisitudes de la senilidad, en cartel en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543, los viernes a las 20.

Representada en Italia por Marcello Mastroianni, en su último trabajo escénico, en España por Juan Luis Galiardo y vista en Buenos Aires en 2004 con actuaciones de Alberto de Mendoza y Silvia Montanari, la obra presenta a un hombre que hace sus valijas y espera a que su hijo llegue para conducirlo al geriátrico donde supone pasar sus últimos días.

El teatro se ocupa menos que el cine de los personajes mayores, tal vez porque se considera a la vejez como poco vendedora y es difícil hallar intérpretes interesados, pero hay ejemplos tan variados como “Rey Lear” o “La nona”

Mientras tanto reflexiona con la imagen de su esposa, ex discípula en sus cursos universitarios y fallecida en plena juventud, con la que pasa de trivialidades a reflexiones más profundas sobre la existencia, la felicidad, el amor y la muerte.

Eso sucede en la extensa primera parte, donde ese hombre que se resiste a la senilidad desgrana un discurso en el que se funden lo lacónico con el sarcasmo y la resignación, reprendido casi como un chico por esa presencia femenina elusiva que, al mismo tiempo, funciona como comodín para describir el pasado.

La pareja acuerda que de todos modos el hijo es un tonto totalmente carente de un pensamiento alternativo y de sentido del humor, e incapaz de establecer un entendimiento con su padre, aun en el confuso episodio sobre su filiación, en el que ninguno puede ingresar en el razonamiento del otro.

La segunda y última parte, un jugoso parlamento que Luppi remonta con sentimiento y poesía en un soliloquio que refuerza la soledad del personaje -su interlocutor es una maceta con una planta-, refiere a la vida en el geriátrico, con el personaje convertido en una suerte de entomólogo que estudia a sus compañeros entre la compasión y el asco.

Casi convertido él mismo en un fantasma, describe las miserias de lo que ve, tal vez en la angustia de verse reflejado en la gran decadencia hallada en su nuevo hogar, donde cada cual se imagina lo que quiere para evadir no la muerte sino el desprecio de sus propios descendientes.

Aunque reivindica la edad frente a la indiferencia de algunos que en edad de sentirse inmortales, el anciano los contradice en sus sueños y fantasías: “Lo de los jóvenes no son sueños sino proyectos y esperanzas; las cosas que imaginan son todas realizables... Unicamente los viejos imaginan cosas que nunca ocurrirán; inventan un futuro que no será y recuerdan un pasado al que no pueden volver”, sentencia.

El teatro se ocupa menos que el cine de los personajes mayores, tal vez porque se considera a la vejez como poco vendedora y es difícil hallar intérpretes interesados, pero hay ejemplos tan variados como la shakespeareana “Rey Lear” o “La nona”, de Tito Cossa, “Sólo 80”, de Colin Higgins, o la española “Solas”, de Benito Zambrano, que era la adaptación de una película.

El cine produjo “Umberto D”, de De Sica, y “Cuando huye el día”, de Bergman, pero mayormente vio a los viejos con humor comprensivo, como son los casos de la hollywoodense “Cocoon” (1985), “El cochecito”, de Marco Ferreri, y las argentinas “Besos en la frente”, “Elsa & Fred” y “El hijo de la novia”.

Federico Luppi ya había actuado también con Hornos en otra obra de Bordon, “La noche del ángel” (2013), y con su enorme oficio había rescatado el texto del italiano a fuerza de presencia escénica y una melancolía que, como en este caso, roza el ensueño y la irrealidad.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$650/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$500/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$500.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $3950.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla