Murió el joven verdulero baleado en Plaza Matheu: conmoción vecinal

En menos de un mes, Eloy Quispe Urrutia (27) iba a convertirse en padre. Hace poco había comprado una verdulería en El Mondongo y, con su pareja desde hace 4 años, invertían todos sus ahorros en materiales para levantar su casita en un terreno que heredaron en Villa Montoro. El balazo que dos delincuentes le acertaron en el pecho terminó con éstos y otros tantos proyectos. Eloy murió antenoche, después de agonizar tres días en el hospital San Martín.

“Lo que más queremos ahora es Justicia. El que le quitó la vida lo debe pagar con la cárcel”, reclamó Adrián Quispe (48), el papá de Eloy, en una charla que mantuvo ayer a la tarde con EL DIA en su casa de 76 entre 116 y 117. Flanqueado por su esposa, Noemí Urrutia (46), y otros familiares, rogó a “quienes sepan dónde viven esos delincuentes o tengan información que ayude a detenerlos, que comprendan nuestro dolor y cuenten lo que sepan”. Lo mismo piden los investigadores.

¿un remis “trucho”?

Como se ha venido informando, alrededor de las 20.30 del martes Quispe Urrutia estaba solo en su verdulería de Plaza Matheu entre 66 y diagonal 73, cuando entraron dos hombres, aparentemente armados con un revólver.

Se cree que Eloy intentó resistir el robo de la recaudación y se trenzó en un forcejeo con ellos, hasta que se escucharon dos detonaciones. Uno de los tiros perforó el pecho del joven, por debajo de la tetilla derecha. Los asaltantes escaparon sin llevarse nada y al comerciante lo trasladaron al hospital San Martín, donde estuvo internado en coma farmacológico hasta el viernes a la noche, cuando murió.

Por datos de testigos y material de cámaras de seguridad, los detectives de la DDI establecieron que el auto en que se fueron los ladrones sería un Volkswagen Senda o un Renault 9 gris con manchas de antióxido. Y tienen la firme sospecha de que se trataría de un “remís trucho”.

Por eso apelan a que el chofer que los llevó aquella noche se contacte con el 911 para aportar datos. Puede hacerlo con reserva de identidad.

Los padres de Eloy no están tan seguros de la versión policial.

“Era evangélico, muy creyente en Dios, y nunca tuvo la idea de resistirse” en un robo, planteó Adrián, y Noemí lo apoyó recordando que “hace un tiempo lo asaltaron en la calle para quitarle su celular y se los dio sin ofrecer resistencia”.

Eloy “no fumaba, no tomaba alcohol, no se drogaba y ni siquiera era de salir a algún boliche”, describió su papá, agregando que “era muy familiero, cariñoso y conciliador ante cualquier discusión familiar. Lo que más le importaba era que estemos unidos”. Por eso no dudan en afirmar que quien le pegó un tiro los “destrozó” a todos.

Eloy vivía en Berisso con su mujer y tenía tres hermanos: dos varones de 30 y 22 años y una chica de 24.

Los Quispe remarcaron como un rasgo saliente de su hijo que “era muy trabajador. A las 7 de la mañana iba a una empresa constructora de Tolosa, donde era albañil, y cuando salía de ahí, a las 5 y media de la tarde, iba a la verdulería, para reemplazar a su mujer”. Según dijeron, se quedaba en ese local hasta las 20.30. Los delincuentes lo sorprendieron cuando estaba a punto de cerrar.

La familia de Eloy llegó desde Perú en 2008, para radicarse en Argentina. “En ese entonces no había la inseguridad que se ve ahora. Hoy te pueden robar en cualquier momento y en cualquier lugar y están dispuestos a matarte por poco o por nada. Salís de tu casa y no sabés si volvés”, lamentó Adrián, quien reclamó “más policías para recorrer las calles y más seguridad para la gente de bien, para la gente trabajadora”.

Los familiares de Eloy no descartan movilizarse para pedir Justicia, pero saben que “necesitamos primero juntar fuerzas. Ahora estamos destrozados”. Los restos de Eloy iban a ser velados desde esta madrugada. La fiscal Leila Aguilar recaratuló la causa como “homicidio en ocasión de robo”.

De los 25 crímenes perpetrados en la Región en lo que va del año, 7 fueron en un asalto.