Un siglo de clásicos

Por MARTIN CABRERA

El domingo 27 de agosto de 1916, la cartelera del Cine París ofrecía Pasión Gitana, filme en 20 partes con Diana Karren. En el Teatro del Lago, dos funciones de The Rukolins, espectáculo de acrobacia. En 57 y 1, esa tarde, a las 14:30 jugaban Estudiantes-Gimnasia su primer partido oficial y había real expectativa.

El clima fue agradable, a pesar del duro invierno. Eso empujó a que casi 3 mil espectadores desbordaran la cancha para ver, por primera vez, cara a cara a los dos equipos platenses que por ese entonces paralizaban los corazones de buena parte de los 110 mil habitantes de la moderna capital bonaerense.

Ya se hablaba de rivalidad. A pesar de que en ese entonces el fútbol se vivía de otra manera, había “pica”. Pero la confrontación era más interna que externa: entre los jugadores. Resulta que a finales de 1914 problemas internos acabaron con la salida de Estudiantes de un grupo que recaló en el renaciente Club Gimnasia, que otra vez había vuelto a practicar fútbol al fusionarse con el Club Independencia.

Emilio Fernández, Ricardo Naón, Angel Bottaro, Edmundo Ferreiroa, Oreste Ruta, Diómedes Bernasconi, todos campeones en 1913, se marcharon (algunos volvieron dos años después) luego de una acalorada reunión en la vieja casilla de chapa y madera ubicada en 57 y 115. Hubo un quiebre profundo. Esa tarde nació la rivalidad que años después se potenció. Por eso, cuando Gimnasia ascendió a Primera, en 1915, se empezó a palpitar el partido. Todavía no se hablaba de clásico, sino de “Gran match”.

El partido se jugó en la 18va fecha del torneo de Primera de la Asociación Argentina de Football. Fue en 57 y 1. Llegaba mejor el equipo albiazul, con 14 puntos en 12 partidos jugados (en aquellos años muchos partidos se postergaban por diferentes motivos), sobre las 10 unidades de los albirrojos en 13 encuentros. Venía en alza.

Mucho público a pesar del elevado costo de las entradas, que generó la queja y bronca de los hinchas de un lado y otro. Las pequeñas tribunas se llenaron y algunos optaron por treparse a árboles del Bosque y de la calle 1 para poder ver el partido, que comenzó pasadas las 14:30 luego del triunfo de Estudiantes por 2-1 en el encuentro de Reserva.

Pierna fuerte, nada de broma y mucha hostilidad. Si el fútbol en aquella época no se parecía a un ballet, los primeros partidos entre albirrojos y albiazules (no eran Pinchas ni Triperos) fueron ásperos.

El match se definió por un mal despeje de Ludovico Pastor, defensor clave en el campeonato del ‘13. Buen compañero y amigo del plantel. Pero ese rechazo lo condenó. Gol en contra. Se supo luego que esa tarde había olvidado sus botines y su compañero José Aranguren le prestó los suyos, dos números más chicos.

Estudiantes fue a buscar el empate, con más ganas que fútbol. Lo tuvo a pocos minutos del final, cuando Oscar Hirschi encabezó un ataque. El delantero no reparó que tenía un compañero a su izquierda. Le apuntó a Fernández y la pelota se fue cerca del palo. El que esperaba el pase era Pastor, que esa tarde en el vestuario, contaron sus compañeros, lloró una barbaridad.

El partido no acabó con las rencillas sino que las potenció. Eso quedó evidenciado en el amistoso del año siguiente en la cancha de Gimnasia que ganó Estudiantes, lo mismo que en el partido oficial de 1917 que fue para el equipo albirrojo por 3-0 (1/7/17). Pero más que nada en el denominado Gran Festival del 16 de septiembre de 1917, en 57 y 1, que acabó con una batalla campal adentro de la cancha y la mirada sorprendida del gobernador de la época, José Luis Cantilo.

EL OTRO CLASICO, EL DE LAS RESERVAS

Dos horas antes del partido de Primera jugaron las reservas. Ganó el equipo albirrojo 2-1, sobre el final. Fue el bautismo de fuego de una tarde de la que hoy se cumplen 100 años.

Estudiantes (2) : Raúl Susini; Aquiles Nery, Fernando Nery; Angel Naón, Arturo Vampa, Rodolfo Sesé; Roberto Isla, Pedro García, Juan Cilley, Ricardo González Bonorino y Luis Bustos.

Gimnasia (1) : Manuel Bastons; Pedro Goenaga, Horacio Sancet; Ignacio Bulla, Espósito Arrieta, Juan Demichelli; Antonio Gismano, Vicente Mitole, Pedro Schiaffino, Clemente Lastra y Ernesto Rodríguez.