San Pablo: la capital cultural de Brasil atrapa a los turistas con teatros y museos
| 28 de Agosto de 2016 | 00:28
“Nuestra playa es la cultura”, es uno de los eslóganes con los que la ciudad brasilera de Sao Paulo promociona sus tractivos turísticos, haciendo hincapié en el aspecto cultural de esta enorme y moderna urbe que compite con su “enemiga” en la captación de visitantes, Río de Janeiro, en donde se acaban de celebrar los Juegos Olímpicos y las playas son el encanto sobresaliente durante todo el año.
Caio Luiz de Carvalho, presidente de Sao Paulo Turismo, el ente de promoción turística de la ciudad, defiende la propuesta paulista, señalando que el año pasado la ciudad batió un récord en recepción de turistas, 11,7 millones de personas, lo que implica un aumento del 3,54 por ciento respecto al año anterior, según datos del Observatorio de Turismo.
Los organismos de promoción son conscientes de que para situar a Sao Paulo, una ciudad que no goza de los encantos naturales de Río de Janeiro, la “Ciudad Maravillosa” por excelencia, en el mapa del turismo mundial tienen que poner el foco en su oferta cultural, gastronómica, de ocio y consumo.
“Procuramos trabajar en una identidad a partir de una agenda cultural”, dijo Carvalho.
Parte de la estrategia de promoción turística se basa en incentivar a los empresarios que se desplazan con frecuencia a la ciudad por motivos de trabajo a quedarse un día más para descubrir los encantos ocultos de la urbe de casi 20 millones de habitantes en su área metropolitana.
En la actualidad, los extranjeros que recalan en Sao Paulo permanecen una media de 5,6 días, mientras que los visitantes brasileños lo hacen 2,6 días.
Según el presidente de Sao Paulo Turismo, Río de Janeiro y la capital paulista “son productos que no compiten sino que se complementan”.
Mientras, la empresaria Flavia Liz Di Paolo, quien organiza rutas personalizadas y temáticas en Sao Paulo, defiende con vehemencia la aportación que la ciudad hace al contexto internacional.
SIMBOLO DE LA CULTURA
“Sao Paulo es capital cultural de Brasil, de América Latina y del hemisferio sur y una de las capitales mundiales de la gastronomía, la arquitectura y el arte contemporáneo y urbano, que tiene museos de todo tipo y gran cantidad de galerías”, afirmó.
Según Di Paolo, su misión consiste en dar a conocer “la cultura brasileña a través de Sao Paulo” y “abrir las puertas de lugares a los que pocas personas tienen acceso”.
La guía desarrolla diferentes tipos de tours dependiendo del perfil del extranjero, además de tener algunas rutas temáticas ya organizadas como las dedicadas a la arquitectura, la moda o el grafiti.
Lo cierto es que Sao Paulo, una metrópolis proyectada como un auténtico homenaje al cemento, esconde una multitud de atracciones y su programa de ocio es difícilmente superable.
Una de las paradas obligatorias es el Parque de Ibirapuera, el pulmón verde más importante de la ciudad, que además de un recinto para la práctica de deporte, está poblado de lagos y museos.
El parque, proyectado por el padre de la arquitectura brasileña moderna, Oscar Niemeyer, y el paisajista Roberto Burle Marx, ofrece una selección de centros culturales como el Museo de Arte Moderno y un planetario, además de ser el escenario de la Bienal de arte contemporáneo y de la semana de la moda de Sao Paulo, la pasarela más importante de América Latina.
La oferta de museos de la ciudad está encabezada por el Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) inaugurado en octubre de 1947 en el corazón de la Avenida Paulista, una de las arterias principales de la ciudad.
Sólo el edificio, obra de la arquitecta Lina Bo Bardi, ya merece una visita al estar estructurado en un bloque cuadrado que funciona como cuerpo principal sostenido por cuatro pilares.
El proyecto deja un espacio libre al visitante que funciona como mirador hacia el centro de la ciudad.
El acervo del museo está integrado por obras de artistas como Rafael, Botticceli, Rembrandt, Velázquez o Goya, aunque la parte central de arte europeo del museo está dedicada a la pintura francesa con piezas de Delacroix, Renoir, Manet, Monet, Cézanne y Degas.
Para los amantes del fútbol la cita obligada es el estadio municipal Paulo Machado de Carvalho, popularmente conocido como “Pacaembú”, que alberga el Museo del Fútbol de Brasil, único en su tipo por estar dedicado a este deporte en su conjunto.
Pero visitar Sao Paulo es perderse por sus calles para conocer algunos de sus rincones más emblemáticos como el histórico Mercado Municipal, donde el turista está obligado a degustar el típico “bocadillo” de mortadela; o la plaza Pateo de Colegio, considerada como el lugar de nacimiento de la urbe.
Otras de las visitas del casco antiguo son la catedral neogótica de Sé y el famoso barrio Liberdade, reducto nipón en Sao Paulo, conocido centro de compras y gastronomía.
Los amantes de la noche coinciden en que uno de los mayores encantos paulistas es la multiplicidad de conciertos y actuaciones en vivo que forman parte de la impresionante oferta de ocio nocturno, que convierte a Sao Paulo en un gran escenario tras la caída del sol.
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