Dos jubiladas fueron víctimas de los ladrones en barrio Norte

Una jubilada que vive en 39 entre 6 y 7 volvía a su casa el lunes a la noche después de haber salido sólo por un rato a hacer los mandados. Unos minutos antes que ella, algunos ladrones habían ingresado por la fuerza. Todavía se escuchaban las pisadas y los ruidos de lo que estaban rompiendo o desamurando. Completamente asustada, alcanzó a llamar al 911 y la Policía se apuró en llegar. Sin embargo los intrusos pudieron huir.

Se trató de un robo que se suma a otros casos de inseguridad registrados en la zona en los últimos días. Inclusive, un par de horas antes le habían hecho un engaño del tipo “cuento del tío” a una vecina a cuatro cuadras.

Respecto del hecho que se produjo a metros de Plaza Olazábal, la víctima contó que los asaltantes habrían llegado hasta ese domicilio caminando por las terrazas de los aledaños.

Sin tener en claro en qué propiedad se habrían metido primero, la jubilada sostuvo que “forzaron una ventana que da a los otros techos” con algún elemento para hacer palanca.

No trascendió con exactitud cuánto se ausentaron los dueños de la casa, es decir, el tiempo que tuvieron los delincuentes para hacer lo suyo. Aparentemente todo empezó cuando los asaltantes supieron que los damnificados no estaban ahí.

Lo primero -y prácticamente lo único- que hicieron fue revisar los ambientes de la planta alta. “Empezaron a arrancar los televisores de las paredes y desparramaron un montón de cosas que quedaron tiradas. Dejaron un desastre”, describió la mujer.

Ella regresó luego de hacer las compras y se encontró con que su nuera -que había llegado unos minutos antes- escuchó los ruidos y vio los movimientos de los delincuentes. Al parecer ninguna de ellas quedó cara a cara con los intrusos.

De inmediato se convocó a la Policía para que fuera a intervenir. Todo haría pensar que los delincuentes también oyeron a las víctimas y que por eso interrumpieron el robo antes de lo que hubieran querido.

Cuando los agentes entraron en la casa para intentar atraparlos, sólo quedaban los rastros del hecho. “Alcanzaron a llevarse algunas cosas”, deslizó la jubilada sin entrar en detalles. Ella sufrió un pico de presión ante semejante estrés y ayer buscaba reponerse.

con todos los recursos

Una tendencia que parece evidente en barrio Norte en los últimos días es la variedad de estrategias que despliegan los ladrones, como la que usaron ese mismo lunes, pero un par de horas antes, aproximadamente a las 17.

La víctima recibió un llamado a su casa. Supuestamente era su hijo. Sin embargo, el que estaba del otro lado del teléfono era un delincuente que, una vez que la víctima cayó en la trampa, le dijo que un contador de apellido González iba a pasar por la vivienda a buscar los dólares que tenía ahorrados, porque los de ella “iban a salir de circulación”. Y así ocurrió.

Tal como estaba programado, pocos minutos después ese falso profesional llegó a la casa, tocó timbre y no tardó mucho en apropiarse del botín, con el que huyó rápido.

Sin que se aclare cómo la mujer se percató del engaño, hubo un llamado al 911 y un patrullero estuvo en el lugar para recabar la descripciones físicas del ladrón y ver si podían atraparlo, algo que finalmente no sucedió tras varios procedimientos en la zona.