La manzana del Ministerio de Seguridad, un combo de ruinas
| 3 de Agosto de 2016 | 02:24

Veredas rotas, segmentos de mármol suelto, pérdidas de agua que anegan las veredas y mampostería a punto de caer son algunos de los signos del deterioro que presenta el edificio del Ministerio de Seguridad, uno de los que se levanta sobre el Eje Fundacional.
Ya desde la entrada principal, ubicada en calle 2 entre 51 y 53, puede apreciarse la falta de mantenimiento de la escalera de acceso y varios peldaños quedaron con segmentos al desnudo, sin la piedra que lo revestía.
Las veredas, desprendidas de la carpeta por el crecimiento irregular de los árboles constituyen interminables montículos que solo pueden sortear quienes no tengan problemas de motricidad y estén dispuestos a ver bien por dónde caminan.
Las fuentes, que en algún momento dieron un toque majestuoso a la fachada de ese edificio público, son solo instalaciones secas que dejan ver cañerías obsoletas, hojarasca y basura.
También están rotas las tapas que deberían resguardar los medidores y algunas luminarias tienen sus cables a la vista, apenas aislados con cinta negra. Gran parte del cerco bajo, revestido por granito pulido, se fue aflojando y eso seguramente facilitó que con el correr del tiempo varios tramos fueran desapareciendo y muchos de los que quedaron, están apenas apoyados en la carpeta.
Las bases que sustentan el tendido de las antenas tienen piezas sueltas y parte de sus caños están oxidados, al igual que un buen número de rejas de las puertas y ventanas del edificio.
Es también llamativo que pese al mal estado de las veredas, una buena parte de ese espacio de uso público esté ocupado por vehículos, algunos oficiales.
Si bien la falta de revoques y pintura se observa en distintos lugares de la fachada, el estado de las molduras, ideadas para perfilar el estilo de la construcción presenta tal decrepitud que en sus rajaduras crecieron plantas que en algunos casos alcanzan el metro de altura.
No es mejor el aspecto de la parte trasera del edificio sobre calle 3, todos los canteros que se desarrollan junto al cordón están rotos, con basura de todo tipo y las plantas crecen sin el menor cuidado.
Baldosas sueltas y tierra conforman el precario y desnivelado camino de ese sector por el que pasan cientos de vecinos a diario. Sin embargo, más allá de cuestiones estéticas y de incomodidades en la circulación peatonal, hay tramos que resultan peligrosos. Ese es el caso de una antigua tapa que cubre un pozo profundo y está corroída a tal punto que se formó un agujero por el que podría entrar un pie.
La playa de estacionamiento que da a la avenida 53 parece un patio abandonado con paredes en las que se observa como un muestreo de caños y cables. Una pérdida de agua en los sectores más deprimidos formó un gran charco al que los vecinos bautizaron “el lago de Seguridad”.
Fuentes del Ministerio consignaron que recién el año próximo se harán tareas de mantenimiento “porque este año hubo otras prioridades”.
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