Marchan a fiscalías por el verdulero asesinado

Familiares y allegados a Eloy Quispe Urrutia (27), el verdulero asesinado hace 12 días en su negocio de 1 y 66, se movilizarán hoy desde las 11.00 al edificio de las fiscalías platenses para reclamar justicia. El caso, cabe recordar, continúa impune.

Como lo reflejó este diario en varias de sus ediciones anteriores, el joven comerciante, de nacionalidad peruana, estaba -alrededor de las 20- ese 16 de agosto en su local frente a la Plaza Matheu cuando irrumpió un delincuente.

Los investigadores del caso creen que Quispe Urrutia se habría trabado en lucha con el ladrón, antes de recibir un balazo que le atravesó el pecho. Pero sus familiares cuestionan esa versión.

“Eloy era evangélico, muy creyente en Dios, y nunca tuvo la idea de resistirse en un asalto”, le dijo a EL DIA Adrián Quispe, el papá de Eloy, a pocas horas de su fallecimiento.

Por su parte, la madre de la víctima, Noemí Urrutia, apuntó en esa ocasión que “hace un tiempo lo asaltaron en la calle para quitarle su celular y se los dio sin ofrecer resistencia”.

“NO TENEMOS RESPUESTAS”

Ante esa terrible situación, la familia de Eloy continúa sumida en un profundo dolor, por lo que decidieron salir a exteriorizar sus reclamos.

Ayer, quien ofició de vocera de los padres de la víctima, fue Aylín Montenegro, “una compañera de danzas folklóricas”, tal como se describió.

Precisamente, la joven comentó que resolvieron concretar la marcha a 15 días del trágico episodio, ya que “todavía no tenemos respuestas sobre quién fue el responsable de su muerte”.

“Lo que más queremos ahora es Justicia. El que le quitó la vida lo debe pagar con la cárcel”, ya había expresado a este diario el padre de Eloy Quispe Urrutia.

Por eso será cerca del mediodía que comenzarán a demandar formalmente que el homicidio sea esclarecido y su culpable encarcelado.

PREOCUPACION

Aylín también reveló que en los últimos días un hombre se acercó a la pareja de Eloy, embarazada de ocho meses, con el objeto de ofrecerle dinero (2.000 pesos).

Ese gesto, lejos de entenderse como una muestra de solidaridad, en el entorno de la víctima lo tomaron con suma preocupación.

Sobre lo sucedido, Aylín indicó que esa persona “supuestamente estaba desaparecida, pero se hizo notar. Fue como `agarrá esto y callate la boca`. Lo sentimos como una amenaza. Creemos que deberían al menos tomarle una declaración”.