La compleja herencia de Ricardo Fort

La muerte de Ricardo Fort fue tan misteriosa como lo que dejó atrás. “Nada en efectivo”, indicaron en su momento desde su entorno, a pesar de que el mediático pertenecía a un imperio chocolatero que generaba fastuosas ganancias. Pero tampoco, sin embargo, dejó deudas: antes de morir, así como había dejado el cuidado de los mellizos Marta y Felipe a su ex pareja y amigo, Gustavo Martínez, utilizó buena parte de sus bienes para saldar las fastuosas deudas contraídas al intentar forjarse una carrera en el espectáculo (llegó a tener su propio show televisivo y también una obra de teatro musical).

En su momento, se llegó a hablar de un paquete de bienes que alcanzaba los 200 millones de dólares, aunque desde su entorno afirman que es mucho menos. Según la revista Forbes, en el 2013 Ricardo tenía una fortuna estimada en 11 millones de dólares. En buena medida, porque Fort, artista, nunca se dedicó a realizar inversiones ni negocios, y gastó buena parte de su fortuna en autos, viajes y otros placeres.

Incluso quería vender sus acciones en la fábrica de chocolate para poder disponer libremente de su fortuna: “Como no sé si me puedo morir mañana, quiero disfrutar ahora. Tengo tanto invertido que prefiero gastarlo”, había dicho alguna vez. La empresa genera ganancias anuales, según su facturación, de unos 30 a 40 millones de dólares, por lo que los dividendos que consigue solo por ser accionista son más que generosos.

¿Qué dejó, entonces, Fort a sus hijos?

LA HERENCIA

Aunque no dejó dinero, el mediático chocolatero dejó una millonaria herencia que incluye un porcentaje de la fábrica familiar, departamentos y autos. Sus únicos herederos se quedaron con su patrimonio que incluye un porcentaje de la empresa FelFort, además de autos, todos radicados en Argentina -ya que los que tenía afuera los vendió antes de morir- y propiedades (departamentos y campos ligados a la empresa de chocolates).

El esquema de acciones de la fábrica que quedó para los chicos es, como suele ocurrir en estos casos, complejo. Los mellizos tienen entre el 15 y el 16 por ciento de la empresa, mientras que Marta, la mamá de “Ricky”, tiene un 50 por ciento. La otra mitad se dividió a la muerte de su padre entre sus hijos, Jorge, Eduardo y el propio Ricardo, por lo cual tras el fallecimiento, ese es el porcentaje que dejó a los niños.

Sus únicos herederos se quedaron con su patrimonio que incluye un porcentaje de la empresa FelFort, además de autos, todos radicados en Argentina -ya que los que tenía afuera los vendió antes de morir- y propiedades (departamentos y campos ligados a la empresa de chocolates)

En caso de muerte de Marta, su parte se dividirá en tres, 33,33 por ciento (de su mitad) para cada uno de sus hijos y la porción de Ricardo pasará para los mellizos, dividida, claro, por la mitad, para cada uno.

Los hijos de Fort, dice Gustavo, su guardián, probablemente la gasten del mismo modo que su padre, y n o se dediquen a las inversiones o a la empresa, porque, al igual que papá Ricardo, tienen su perfil artístico. “Aún son chicos, pero tienen una veta artística bastante linda y el colegio en el que van a hacer el secundario tiene muchas materias orientadas a esa rama. Ellos hacen videos, son muy creativos como Ricardo, cuando ves lo que hacen, te das cuenta que hay talento”, contó Gustavo al portal Teleshow.

De todos modos, al tener parte de la fábrica de chocolates, los chicos están incluidos en la división de las ganancias que generen por venta de chocolates y productos afines. Aunque esos dividendos se les brindarán recién cuando sean mayores: mientras tanto, desde la fábrica parte una mensualidad, deducible de sus ganancias, para los gastos de los menores. Esa mensualidad la administra Gustavo, al igual que la administración de los bienes de los mellizos.

En su momento, se llegó a hablar de un paquete de bienes que alcanzaba los 200 millones de dólares, aunque desde su entorno afirman que es mucho menos. Según la revista Forbes, en el 2013 Ricardo tenía una fortuna estimada en 11 millones de dólares

Fort confiaba ciegamente en el tutor, pero no tiene vía libre: sus movimientos son controlados por un asesor de menores de un juzgado, por lo que él debe realizar periódicamente una rendición de cuentas. Y, por supuesto, no puede utilizar el dinero para él mismo, por lo cual continúa con su trabajo como entrenador.

TRAGEDIA EN EL ENTORNO

Esta semana, además, se conoció que la tragedia volvió a azotar el pequeño entorno de confianza del mediático. Eddie Toledo, “El Brujito”, uno de los amigos íntimos de Fort, perdió la vida el sábado 20 de agosto por causas que aún se desconocen. La información fue confirmada por el periodista Ángel de Brito. Desde 1999, cuando empezó con su actividad, trabajó con su don de videncia y salvación para ayudar a las personas. En reiteradas oportunidades, confesó que una mujer con una enfermedad terminal se curó gracias a él.