Siete muertos por asaltos en un mes y los casos siguen abiertos

En poco más de un mes la Región se estremeció con once crímenes, siete de los cuales ocurrieron en el contexto de un episodio de inseguridad. Tres de los fallecidos eran ladrones, mientras que en todos los casos se usaron armas de fuego y ninguno fue esclarecido, por lo menos hasta ahora.

Dos de los hechos fueron en la zona de San Carlos, uno en Olmos (con dos muertos), dos en El Mondongo y uno en Punta Lara, Ensenada.

Esta seguidilla arrancó el 8 de agosto en la zona de San Carlos, el mismo barrio donde ocurrió el último hecho, el sábado pasado. Entre uno y otro episodio pasaron 32 días y varias reuniones vecinales con fuertes reclamos por más operativos de prevención y hasta sospechas de denuncias “cajoneadas”, lo que impulsó cambios en los patrullajes y en las autoridades policiales de la zona (ver aparte).

El primer caso tuvo como víctima a Orlando Casimiro, un hombre de 56 años que festejaba un cumpleaños junto a familiares en 35 entre 147 y 148, escuchó gritos en la calle y al advertir que dos jóvenes intentaban robarle a varios pibes, les gritó para evitarlo. Logró que se fueran, pero desde la moto en que escaparon, los ladrones abrieron fuego. Uno de los tiros impactó en el tórax de Orlando, matándolo antes de que pudiera llegar al hospital.

El crimen del sábado pasado fue en 44 entre 143 y 144, por donde Pablo Nievas (30) caminaba junto a su hijo de 12 años. Iban a hacer unas compras para la cena. Apareció una moto oscura con dos hombres, uno de los cuales descerrajó un tiro que terminó con la vida de Pablo. Se especuló con la posibilidad de un ajuste de cuentas, pero la sospecha más firme es que fue un intento de robo. Los criminales huyeron.

El caso de Punta Lara sucedió el 17 de agosto y el fallecido fue uno de los cuatro ladrones (entre ellos una mujer) que entraron en el almacén de Rubén Darío Martínez (71), en Almirante Brown y 126, para vaciarle la casa situada al fondo. Golpeado y reducido, el comerciante tomó su escopeta y disparó. Del resto de la banda nada se sabe.

Uno de los barrios más movilizados en el pedido de seguridad es El Mondongo, con una asamblea que se organizó tras el crimen de Francisco Guerrero, en abril de 2015, y mantuvo una reunión semanal cada jueves. Esa zona fue el escenario del homicidio de Eloy Quispe, el verdulero de 27 años que el 16 de agosto fue baleado por ladrones en su local de Plaza Matheu entre 66 y diagonal 73 y murió días después.

A unas siete cuadras de allí, en 60 y 115, el cuerpo de un adolescente fue hallado el 24 de agosto, con un tiro en la espalda. Un testigo declaró que estando en 115 y 62 vio pasar una moto a alta velocidad y escuchó unos estruendos, tras lo cual se le aproximó un hombre que refirió ser policía del Cuerpo de Caballería y explicó que los sujetos de la moto le habían intentado robar.

Se presume que intentó defenderse y baleó a uno de los ladrones, quien cayó muerto a las pocas cuadras y fue abandonado por su compinche. Tenía 15 años. El supuesto policía nunca fue identificado.

El caso que tuvo dos muertos ocurrió en Olmos, en la madrugada del martes 23, cuando entre tres y cuatro hombres se metieron en una vivienda de 38 entre 176 y 177, despertaron a los dueños y les pidieron la plata.

El oficial de policía Leandro Pedro Cari (24) saltó de la cama y tomó el arma reglamentaria, lo que desató un furioso tiroteo que terminó con el policía muerto de siete disparos y uno de los ladrones con dos. Los compinches escaparon, supuestamente sin sufrir heridas. No tuvieron la misma suerte la mamá del efectivo, Sandra Cari (39), y su pareja, Javier Guzmán (35), que también fueron baleados, aunque sin gravedad.