Inseguridad: vecinos de Tolosa salieron “a ganar la calle”

Durante 30 segundos ocupaban todo el ancho de la avenida 532 y después se abrían a los lados. La espera era de 65 segundos más: los semáforos marcaron el ritmo de una protesta atípica, en la que un grupo de vecinos de Tolosa salió a la calle para hacerse escuchar por la inseguridad, una de sus preocupaciones principales por estos días.

Cada vez que había luz roja para los conductores de la Circunvalación, en el cruce con 117, la gente se plantaba en el asfalto y levantaba en alto lo que tuviera en la mano. La mayoría eran panfletos que decían “basta” a la delincuencia, aunque también hubo invitaciones a que los automovilistas tocaran la bocina para sumarse al reclamo.

Por sobre los manifestantes se elevaba una reja armada para la ocasión. Fue la ironía que se les ocurrió a los vecinos para graficar lo que muchos sienten: “Vivimos enrejados por culpa de los ladrones”.

La convocatoria se había hecho desde hacía algunos días para ayer a las 19. A diferencia de otras veces, esta marcha fue puntual y se extendió por aproximadamente 45 minutos. Unas 50 personas enfrentaron el frío y el viento. También soportaron los chirridos de las bocinas de quienes pasaban por ahí. Como eran señal de adhesión, no aturdieron a nadie.

“no nos escuchan”

Desde hace meses que un grupo puntual de vecinos organiza reuniones con autoridades policiales y eleva reclamos a la Comuna. “Pareciera que no nos escuchan o que a nadie le importa, porque todo sigue igual”, se quejó un hombre que vive a pocas cuadras de donde se hizo la manifestación de ayer.

La sensación de desprotección que muchos manifestaron se extiende por buena parte de la localidad. Mucha gente que lee en los medios sobre cada nuevo caso violento sintió que ayer debía salir a protestar con más empeño.

Una muestra clara de ese enojo se palpó cuando el comisario de la seccional Sexta fue hasta 117 y 532. Allí varios vecinos “se le fueron al humo” y lo increparon, por lo que ellos interpretan como una inacción de su parte.

Al final, todo se diluyó sin mayores incidentes. La marcha terminó cerca de las 20. Entre algunos de los vecinos, de todas maneras, quedó algo de escepticismo. “No sé si todo esto sirve de algo. El comisario prometió mucho pero no vemos que la policía ande por el barrio. Hace tres meses mandaron dos móviles y ya están destruidos. Volvimos a los tiempos en los que la falta de recursos eran el problema principal”, dijo Víctor, que vive en la zona de 116 y 531.

A unos metros de él, enarbolando esa reja metafórica del encierro, Pablo Pérez opinó que la marcha fue “contundente”.

“Como no nos dieron respuesta nos obligaron a salir a la calle. Ayer -por el martes- tuvimos un comerciante baleado, muy querido por todos (ver nota secundaria) que todavía se está recuperando. Esta situación no se aguanta más”, remarcó el dirigente, uno de los impulsores de la movilización.

¿Quedó la esperanza de que algo cambie con esto? “Queremos que ahora empiecen a sonar nuestros teléfonos, así podemos debatir el tema como corresponde para ver qué soluciones pueden haber”, añadió Pérez.

Entre semáforo y semáforo, con perros gambeteando entre la gente y algunos chicos corriendo, los vecinos aplaudían, gritaban o simplemente miraban con aprobación a los que pasaban y se sumaban al reclamo. Había familias enteras, jóvenes y comerciantes de muchos años. A todos los unía su deseo de vivir un poco más tranquilos y de recuperar lo que alguna vez tuvieron y ya no: la calle.