Un Lobo brasileño

POR ADRIAN D’AMELIO ENTREVISTA

C uando tenía 13 años, Jerónimo ocupaba todo el tiempo libre delante de la computadora. Eso era algo que no le gustaba a su mamá hasta que un día se cansó y le ordenó realizar una actividad deportiva.

El primer intento fue con el handball. Lo mandaron al arco. No le gustó y por su altura -ya medía dos metros- empezó a practicar el basquetbol. Jerónimo le fue tomando el gustito hasta que se “enamoró” de esta disciplina y nunca más la abandonó para convertirse en jugador profesional.

José Víctor Jerónimo Ferreira -así es su nombre completo- nació en una ciudad pequeña del departamento de San Pablo, pero al poco tiempo se radicó en Florianópolis, debido a de que su madre, que se desempeñaba como jueza, fue traslada a dicho lugar para cumplir sus funciones en la Justicia brasileña.

Se formó como jugador y a los 16 años se marchó a España, más precisamente para incorporarse a un club de la ciudad de Zaragoza, por una gestión de su agente, que en la actualidad sigue manejando su carrera, y es el mismo que representa a su compatriota Tiago Splitter.

Volvió a su país natal; mientras que al poco tiempo regresó a España donde obtuvo la doble nacionalidad. Jerónimo Ferreira, con 25 años, decidió hacer su primera experiencia en el básquet argentino por consejo de su agente y para ello eligió Gimnasia, que estará jugando por segundo año consecutivo el Torneo Nacional de Ascenso (TNA).

“Es la primera vez que vengo a la Argentina, ni siquiera había venido de vacaciones. Mi agente me asesoró diciéndome que por mi estilo de juego, el básquet argentino era ideal. Por eso se contactó con la dirigencia de Gimnasia, que andaba buscando un pivote y acá estoy”, comenzó diciendo Jerónimo en la entrevista que mantuvo en la redacción de este diario.

El pivote brasileño se autodefine como un jugador que pone por delante “el juego colectivo sobre el individual” algo que buscaba Gimnasia tras la baja de Eduardo Vasirani -desequilibrante en ambos tableros durante la temporada pasada- que se marchó para incorporarse a Boca Juniors.

“En la Argentina existen muy buenos asistidores, que son sumamente rápidos a la hora de pasar la pelota. En Gimnasia están en esa función Esteban (por Rusconi) y Leo (por La Bella) que cumple dicho rol a la perfección y lo que facilita mi juego”, siguió diciendo Jerónimo que se encuentra muy a gusto en nuestra ciudad.

Al respecto comentó que “la gente es muy amable y sociable acá en La Plata, no como en España que son más cerrados. Además, la ciudad me encanta. Es muy bella por lo que he recorrido y si la tengo que comparar con otra se asemeja en algo a Zaragoza”, recalcó Jerónimo.

La edición del TNA 2016/17 se pondrá en marcha el 14 de octubre, pero Jerónimo está ansioso por jugar. “Al segundo día que llegué le dije al técnico si podía hacer básquet -continúa diciendo- y César (por Adriani) me dio el permiso. Yo soy un jugador que se hace fuerte en defensa y quizá un tapón para mí tenga el mismo valor que un tanto en el cesto rival. Lo que si me gusta es ganar a todo y vine a Gimnasia para salir campeón. Creo que se puede lograr, ya que se ha conformado un muy buen grupo tanto adentro como afuera de la cancha”.

Entre las particularidades de Jerónimo, además de medir 2,07 metros de altura, es que calza 51,5. “Las zapatillas tengo que encargarlas en Estados Unidos, pero no de ahora; sino desde las 16 años”, contó Jerónimo que tiene dos hermanas a quienes le gusta mucho el básquet y su novia Natalia -entrenadora de vóley en Brasil-, que pronto vendrá a visitarlo a La Plata.

Si bien Jerónimo es su tercer nombre, cuando fue a España fue presentado por su agente de esta manera. “Es el nombre que le gusta a mi papá y para que mi mamá no se ponga ‘celosa’ uso el número 27 que es el día de su nacimiento”, cerró el pivote brasileño, que espera ansioso el debut con la camiseta del Lobo.