Violencia en Francia en una marcha contra la reforma laboral
| 16 de Septiembre de 2016 | 02:46

Los sindicatos franceses se volvieron a manifestar en las calles contra la reforma laboral del presidente François Hollande, con una movilización nacional que algunas agrupaciones anunciaron como la última antes de trasladar su combate a los tribunales y las empresas.
Esta decimocuarta jornada desde el comienzo de su lucha en marzo, encabezada de nuevo por la Confederación General del Trabajo (CGT), reclamó la derogación de la flexibilización laboral (que amplía las horas de trabajo semanales y facilita los despidos). Cabe recordar que en su trámite parlamentario, la legislación salteó el debate y el voto de los diputados.
Más de 110 marchas en todo el país, acompañadas de paros en sectores como el transporte o la televisión, intentaron mantener viva la oposición de los trabajadores, después de que su última protesta antes de las vacaciones, el 5 de julio, apenas llenara las calles. Ese día, 30.000 personas marcharon en toda Francia, según la Policía, lejos de las 390.000 y 1,2 millones que según fuentes policiales o sindicales participaron de la mayor congregación hasta la fecha, el 31 de marzo.
HERIDOS Y DETENIDOS
El balance de la cita de ayer, según las autoridades, reflejó que 78.000 personas protestaron en todo el país y de ellas unas 13.000 en París, cifra que los sindicatos elevaron, respectivamente, a 170.000 y 40.000. En París, el trayecto se limitó a los dos kilómetros que separan las plazas de Bastilla y de la República, y estuvo vigilado por 1.200 policías y gendarmes.
Como en otras ocasiones, el despliegue no pudo evitar violentos incidentes que dejaron al menos 15 detenidos en la capital y al menos cuatro manifestantes y ocho policías heridos. En los disturbios hubo lanzamiento de cócteles molotov y hasta tablas de madera contra los policías, que respondieron lanzando gases lacrimógenos.
La reforma, una de las últimas del quinquenio socialista, fue resistida desde que se filtraron en febrero sus primeras disposiciones. Aunque el Ejecutivo la presenta como una solución contra el desempleo, los sindicatos denuncian que supone un paso atrás en los derechos adquiridos.
La CGT no cierra la puerta definitivamente a nuevas protestas en las calles.
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