Encontraron el auto del acusado de matar a su novia de 16 años

Gustavo Ramón Arzamendia Torales, el joven de 28 años que tiene pedido de captura por el femicidio de su novia Lucía Guadalupe Ríos, de 16, seguía anoche desaparecido, aunque la Policía encontró su auto abandonado en El Palihue.

El Chevrolet Corsa de tres puertas y color gris en el que testigos dicen haber visto a Arzamendia huir de la escena del crimen, fue hallado a las 11 de la mañana de ayer en 4 entre 603 y 604, totalmente cerrado y sin las patentes. Lo abrieron con una llave que el viernes secuestraron en su casa y adentro encontraron las chapas del dominio EPI 022 “ocultas entre prendas de vestir”, dijo un investigador.

El fiscal Marcelo Romero dispuso que el vehículo fuera custodiado hasta que los peritos de Policía Científica terminaran de levantar rastros, mientras grupos operativos de la DDI recorrían la zona en busca de Arzamendia, sobre todo en algunas pensiones que hay en las inmediaciones. No lo encontraron.

Lucía Ríos fue asesinada alrededor de las 8 de la mañana del viernes, cuando estaba en la vereda de su casa de 158 y 34 esperando a que saliera su madre para ir juntas a comprar el pan. Por lo que cuentan la madre de la chica, Claudelina Ríos (32), y algunos vecinos, en ese momento apareció Arzamendia en el Corsa gris, discutieron y Lucía recibió un tiro en la espalda, a la altura de la cintura.

El joven escapó en el auto -hallado ayer- y la adolescente fue asistida por familiares y vecinos. Un móvil del Comando de Patrullas la llevó al hospital de Romero en un traslado de emergencia, pero ingresó en la guardia sin signos vitales.

En la autopsia, los forenses recuperaron del cuerpo un proyectil calibre 38 igual a los hallados en la casa del sospechoso, dijeron fuentes de la investigación.

queria ser policia

Lucía estudiaba en el Liceo Víctor Mercante -donde suspendieron las clases hasta el martes-, y quería ser policía “para pelear contra la inseguridad”, según contaron sus allegados. Con Arzamendia comenzó a salir hace aproximadamente dos años, después de que su familia se instaló en ese sector de Romero. Es que el acusado vivía a la vuelta, en 35 entre 158 y 159, vivienda que el fiscal Romero ordenó custodiar para evitar que algunos vecinos cumplieran con sus advertencias de quemarla.

Aunque muchos estaban al tanto de que la relación entre Lucía y su novio no era tranquila, al parecer nadie sabía de golpes. Fuentes judiciales dijeron a este diario que hasta ahora no encontraron denuncias radicadas contra Arzamendia por agresiones, por lo menos de parte de la víctima.

Claudelina aclaró que su hija había dejado a su pareja una semana antes “y él no se lo bancó”.

“Hubo muchas peleas entre ellos, casi siempre por los celos de él. Mi hija se cansaba, estaban distanciados dos o tres días y luego se reconciliaban” pero “esta vez iba a ser definitivo”, comentó. Recordó además que “en uno de sus distanciamientos él le dijo que si no volvían iba a matarla y amenazó con hacer lo mismo con mi hijo de 11 años”.

Claudelina sostuvo por último que “los celos de él eran tan enfermizos que hace dos meses le sacó el celular a mi hija. Pensar que ella se compró otro hace sólo tres días”, dijo, antes de que el llanto le cortara la voz.