Castillos y duendes para una zona sensible del hospital de Niños

En un espacio habitualmente sembrado por la angustia, florecieron árboles, castillos, duendes y nubes multicolores. Es que desde el sábado un grupo de estudiantes de Bellas Artes, liderados por sus profesores Maísa Mora Ribeiro y Martín La Spina, pintan un inmenso mural en el pasillo de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Niños “Sor María Ludovica”.

Se trata de una práctica de la cátedra Pintura Básica, especialidad mural, que llevan adelante estudiantes de cuarto año de la carrera. Desde hace unos días plasman en las paredes de l pasillo de la terapia un mensaje artístico.

El objetivo es dar calidez a un lugar por el que transitan y pasan interminables horas las familias que tienen sus hijos internados en la Sala 30 de cuidados intensivos.

De acuerdo a lo que explicó el profesor Martín La Spina, previo a desarrollar el mural, se hizo un boceto grupal en el que se conciliaron gustos y particularidades de cada alumno.

AMBIENTE ESPECIAL

“A principio de año planteamos que el tema sería el hospital y la posibilidad de crear un ambiente especial para las personas que atraviesan situaciones de stress porque tienen a sus hijos internados”, apuntó el profesor, mientras aprobaba el sombreado de un castillo que pintó en un concentrado ostracismo uno de los alumnos.

Las diferentes etapas de la creación quedaron reflejadas en un boceto que sirve de guía para avanzar en las pinceladas. En cada segmento de la pared se observan escenas y puede apreciarse el temperamento de cada artista.

Algunos pusieron un acento más cubista, otros optaron por una temática fantástica, con más ilustraciones. Están quienes se especializaron en los árboles y los que pintaron con particular talento nubes que parecen voluminosas y sedosas gracias a la forma y el color con el que fueron concebidas.

“Acá adquieren experiencia en pintura mural, el grupo es muy bueno y nosotros somos sus guías; hay que destacar que se trabaja mañana y tarde, en un clima de silencio absoluto por el lugar en el que estamos y todo se hace de manera ordenada”, agregó Maísa Mora Ribeiro.

Para los médicos y el personal sanitario también es significativo que ese ambiente se haya transformado con la intervención.

La médica Lina Todaro, jefa de la Sala 30, señaló que todos están “maravillados y agradecidos” por el mural.

“Esta es un área de mucho dolor y es bueno dotarla de formas, luces y colores porque eso se asocia con la alegría y hace más agradable el espacio”, sostuvo la profesional.