Dominó a su manera y logró una goleada para la ilusión
| 26 de Septiembre de 2016 | 01:00

Por NICOLAS NARDINI
ANALISIS
Un puntero debe demostrar que tiene más de un libreto para sostenerse arriba y este Estudiantes multifacético volvió a poner esa virtud de manifiesto en la goleada ante Temperley. Porque si el 4-2-3-1 con dominio territorial y posesión de pelota sotenida eran una marca registrada de la era Vivas, quizás también empiecen a serlo el achique de espacios hacia atrás, acompañado por una veloz salida en transición para romper defensas desacomodadas.
El Pincha, aún de local y ante un adversario con menos potencial, planteó un partido parecido al de Tucumán. Decidió no salir alocado a presionar arriba y sí lo hizo en la zona medular. Esta vez, el achique de espacios fue hacia atrás y eso le permitió “agrandar” el campo para los carrileros y los puntas. El inteligente paso atrás fue un regalo, sobre todo, para Solari y Auzqui, los dos hombres que supieron interpretar con mayor astucia eso de jugar al espacio vacío y hacer daño a espaldas de una defensa gasolera que dejó algunos huecos sin cubrir. Quien n terminó de entraer en sintonía fue Viatri, falto de explosión y lejos del sitio donde el equipo más lo necesita: entre los centrales.
LO QUE CAMBIO
El 4-4-2 le permitió al Pincha cubrir la cancha a lo ancho y romper por afuera. Eso sí, cuando las cosas no le salían y el marcador aún estaba en blanco, la pelota parada, eterna aliada del juego albirrojo, fue fundamental para quebrar la paridad y encaminar un partido que fue mucho más trabajado que lo que indica el 3 a 0 final. En los primeros y en los últimos metros de la cancha, donde se marcan las diferencias sustanciales, Estudiantes dejó de manifiesto la diferencia de jerarquía de un equipo y otro. Donde el Pincha no perdonó, el Gasolero casi siempre erró y, así, se gestó una goleada que ilusiona a todo el pueblo pincharrata.
Los de Vivas le dieron la pelota y el terreno, tanto con el 4-4-2 inicial como con el 4-4-1-1 final, a su adversario y este no supo qué hacer con él, lo que denota una lectura previa acertada del DT y una posterior puesta en práctica correcta de sus dirigidos. ¿Fue el partido perfecto del León? No, por momentos tuvo su ofensiva trabada y perdió muchas pelotas producto de sus imprecisiones. El juego es claramente perfectible. Pero dando esas ventajas en parte del juego, goleó a su rival, edificó una victoria incuestionable, tiene puntaje ideal y sueña con ir por todo.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE