Otra fiesta en el Unico

La Plata volvió a ser sede de los experimentos del Gobierno para poder devolverle el público visitante al fútbol argentino. Y la prueba salió más que bien, ya que más de 20 mil personas disfrutaron de un espectáculo que tuvo en las tribunas su mejor performance.

Como hace dos semanas con los hinchas de Sarmiento, ayer los que pudieron seguir a su equipo hasta La Plata fueron los de Temperley, que movilizó a más de 6 mil personas, con muchas banderas, bombos y cotillón. Fueron los mejores espectadores de la fiesta de Estudiantes, que sin despeinarse ganó el partido para seguir en lo más alto de la tabla de posiciones.

Los hinchas de Estudiantes se sacaron la bronca de la eliminación en la Copa Sudamericana. Llenaron la cancha, alentaron los 90 minutos y empezaron a vivir el clásico de la próxima semana, al que no podrán concurrir y por eso ya les dejaron un mensaje a sus jugadores: “Que el domingo cueste lo que cueste...”

Como en cada previa del clásico, los hinchas ya empezaron a vivir el partido. También los protagonistas, como Israel Damonte, que estuvo en la platea porque aprovechó las últimas horas para recuperarse de la contractura en el sóleo de su pierna derecha. También Nelson Vivas, que no bien lo vio a Carlos Auzqui con un dolor ordenó el ingreso de Gabriel Graciani, como antes había hecho con Julián Marchioni por el Chapu Braña, averiado.

La cancha lució un marco espectacular. La popular Sur y los pasillos 5 y 8 estuvieron casi a tope. Del lado del sol, algunos pocos claros en los pasillos 25 y 32. Los de Estudiantes aportaron una multitud, que se complementó con los visitantes, que casi compraron los 7 mil tickets que se habían puesto a la venta.

Desde temprano la cabecera Norte se empezó a llenar. Pero recién sobre la hora, cuando llegaron los más de 20 micros especialmente fletados ese sector mostró la fotografía final: totalmente celeste.

Llegaron, cantaron hasta donde pudieron y con el 0-2 buscaron una rivalidad con los hinchas locales que no existe. Por primera vez desde el regreso del equipo a la “A”, los de Temperley pudieron salir de su barrio para alentar a los once jugadores.

Por el lado de Estudiantes, algunas de las banderas que se colocaron alrededor de la cancha fueron “Altos de San Lorenzo”, “Monte Grande”, “Parque Saavedra”, “Abasto”, “Agrupación Marcos Rojo”, “Filial Oeste”, “Adrogué”, “Lanús te ama”, “City Bell”, “Plaza Alberti”, “Los Salvioli”, “Mondongo”, “23 y 68”, “Los Hornos”, “Tolosa Enajenada”, “Gonnet”, “La Loma”, “Berisso”, “Hudson”, “Que placer verte otra vez”, Los Leales” y “La única banda de la ciudad”.

El único lunar de la tarde para los locales fue la salida. La Policía los retuvo más de 35 minutos, hasta que los de Temperley estuvieran todos arriba de los colectivos. Con el correr de los minutos la alegría por el nuevo triunfo se fue apagando hasta convertirse en hartazgo. algunos hinchas de las plateas pudieron gambetear los controles y salieron al instante que Augusto Solari clavó el tercero.

AUZQUI, EL NUEVO IDOLO

A la hora de las presentaciones de las formaciones, el podio de aplausos fue para Santiago Ascacibar, Rodrigo Braña y Carlos Auzqui. Este último, gracias a los dos goles del domingo pasado en Tucumán, generó tanto cariño de parte de los hinchas, casi el mismo que Leandro Desábato, un histórico de mil batallas.

Ayer volvió a ser figura y además de un gol estrelló el travesaño en el primer tiempo. Dejó la cancha con muestras de dolor y desde las tribunas se escuchó una ovación.