La venganza es un plato que se sirve frío

Por

Irene Bianchi

“Mujeres de Ceniza”, de Martín Guerra y Sergio Marcos. Elenco: Dorys del Valle, Luisa Albinoni, Zulma Faiad, Adriana Salgueiro. Dirección: Roberto Antier. Teatro La Nonna.

Al cumplirse un año de la muerte de Ricardo, marido de “Clara”, la viuda convoca a sus amigas del alma, “Isabel”, “Teresa” y “Estela”, supuestamente para mitigar el impacto de una fecha tan significativa. Ellas creen que se encontrarán con una Clara devastada, deprimida, al borde del suicidio, pero –para su sorpresa- la viuda está serena, de buen ánimo, y para nada triste.

El muerto está presente por ausencia. Es el protagonista de la velada. Todo gira en torno a él, que preside la reunión desde su retrato y desde el sillón en el que solía sentarse, que ahora nadie debe tocar.

Con el correr de los minutos, las amigas comienzan a percibir algo raro en la anfitriona, como si a Clara la moviera una secreta y premeditada intención. Sentimiento éste incrementado por la conciencia de las “chicas”, que dista de estar limpia, por motivos que no conviene develar aquí, puesto que constituyen el rompecabezas de la pieza de Martín Guerra y Sergio Marcos, que combina intriga, suspenso, una pizca de dramatismo, y mucho humor franco y directo.

El cuarteto de actrices que conforman el elenco de “Mujeres de Ceniza”, tiene sobrados recursos para generar complicidad con el público y provocar risas, por su larga trayectoria y probado oficio. Pero es justo resaltar la labor actoral de Luisa Albinoni, en el rol de Estela, una mujer fóbica, paranoica, maniática, reprimida, que parece la más inofensiva y vulnerable del grupo, pero que también guarda un secreto impactante. Lo destacable de su cuidada composición es que en ningún momento la Albinoni abandona su personaje, no “frentea”, ni se tienta, cosa que sí sucedió reiteradamente con algunas de sus compañeras a lo largo de la función en un colmado Teatro La Nonna.

“Mujeres de Ceniza”: una comedia liviana, entretenida, que cumple su objetivo: divertir.