Una bala antiáerea en el ropero de su casa de El Mercadito

Un joven de 23 años quedó detenido en las últimas horas, porque tenía pedido de captura por evadirse de una cárcel, por su presunta participación en un asalto que casi termina con una víctima baleada y por tener, entre otras cosas, una bala antiáerea en el placard de su casa del barrio El Mercadito, informó la Policía.

El asalto por el que la DDI allanó ayer su vivienda ocurrió el 19 de septiembre pasado en una marmolería situada en 520 entre 1 y 115, donde un delincuente irrumpió con una pistola e incluso disparó ante un joven que en ese momento atendía la caja y era la única persona que se encontraba en el lugar.

“Llegó y me pidió dinero, pero tenía poco en la caja porque nos manejamos mucho con tarjeta. Tal vez disparó por eso, porque le pareció insuficiente”, contó la víctima, que resultó ilesa.

El joven detenido ahora sería el cómplice del que perpetró el asalto y lo acusan de manejar la moto en la que huyeron. Además, tenía pedido de captura por evadirse de la Unidad Penal N° 36 de Lisandro Olmos, explicaron los voceros del caso.

A pedido del fiscal Marcelo Romero, detectives de la DDI hicieron varios allanamientos en El Mercadito, en uno de los cuales detuvieron al acusado y le secuestraron una pistola calibre 9 milímetros con la numeración limada, varias municiones, una motocicleta Honda con las numeraciones suprimidas y una bala antiaérea calibre 40/60 del año 1946.

Fuentes judiciales detallaron que el arma, los proyectiles y la bala antiaérea estaban “en la parte superior del placard que se halla junto a la cama”, claro, sin papeles.

En el resto de los registros secuestraron un revólver del 22, tres cuadros de motos en las mismas condiciones, partes de estos rodados y cartuchos de escopeta, entre otros elementos.

En el pedido de detención, el fiscal Romero tuvo en cuenta que el joven “antecedentes penales condenatorios” y “la evasión de la Unidad Carcelaria N° 36 de Magdalena al momento de usufructuar las salidas transitorias, todo lo cual me permite presumir ciertamente que el mismo intentará fugarse”.

El empleado de la marmolería asaltada recordó, después de aquel hecho, que “no hace lo que se le pide y se van, pero en este caso sacó el arma y apuntó”, contó.

“Luego salí corriendo, cerré una puerta de chapa que hay allí y me metí adentro. Unos compañeros estaban allí y me contuvieron. Llamamos a la policía, se hizo denuncia y vino la Policía Científica”, añadió.

Al ser consultado sobre la inseguridad que padece el barrio, el empleado sostuvo que “lo normal es que cada tanto hay algún episodio como éste, pero no con tanta violencia”.

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