Locura con un cuchillo: un joven apuñaló a cuatro vecinos en Berisso

Pocos segundos, unos cuantos metros y una cuchilla necesitó un joven de 26 años para poner en riesgo la vida de todas las personas que se le cruzaron en una cuadra de Berisso. Ese rapto de furia que muchos adjudican a un brote psicótico (los especialistas deberán confirmarlo, o no) terminó con cuatro apuñalados y el agresor detenido. No hubo víctimas fatales, algo que resulta difícil de creer viendo la terrible secuencia que registraron varias cámaras de seguridad privadas y callejeras, las mismas que mostraron la inacción de muchos testigos quizás paralizados por el miedo.

Una de las pocas que intentó ayudar se convirtió en víctima. Es una mujer de 56 años que recibió entre 15 y 20 cortes en diversas partes del cuerpo. Ella y un jubilado de 89 años continuaban anoche internados en una sala común del hospital Larrain, de Berisso. Las otras dos personas atacadas también fueron asistidas allí, pero por “heridas leves”, se informó oficialmente.

Según los datos que aportaron fuentes policiales, judiciales y testigos, todo comenzó alrededor de las 10 de la mañana, cuando un joven identificado como Nicolás Valdemar Policce (26) acuchilló a una mujer y a dos hombres en la esquina de 9 y 163.

Allí funciona un kiosco con Bapropago y Rapipago, donde había varios clientes que al observaron desde adentro la tremenda escena, se encerraron con llave.

La cuarta víctima fue un jubilado que recibió algunas puñaladas mientras caminaba por 9 entre 163 y 164 y se cruzó con el atacante mientras huía, perseguido por taxistas que habían sido alertados por un compañero.

El había pasado por la esquina cuando el joven apuñalaba a una mujer en el piso, le gritó que parara y el atacante se le fue encima, lanzándole una puñalada a través de la ventanilla del auto.

Los taxistas atraparon a Policce en 9 y 164. Luego llegaron policías del Comando de Patrullas de Berisso, que lo llevaron detenido a la comisaría Primera de esa ciudad, por “doble tentativa de homicidio y lesiones”.

Las víctimas son Silvia Geymonat (56), Eduardo Neir (89), Francisco Fredems (74) y Raúl Petronis, cuya edad no trascendió. Algunos testigos señalaron que también fue atacada otra mujer, aunque en la causa no figura este dato.

Por la secuencia que capturaron las cámaras de 9 y 163, todo empieza con Valdemar Policce llegando en bicicleta a esa esquina.

Allí se baja del rodado, se tira encima de un jubilado y lo apuñala. Una empleada de la panadería de 9 entre 163 y 164 oye gritos y se cruza para ayudar al hombre, pero termina recibiendo entre 15 y 20 cortes.

La escena es presenciada por un taxista que pasa por el lugar, quien al recriminarle al joven, recibe una puñalada en un brazo.

Por último, antes de ser arrestado, el agresor le acierta algunas puñaladas a otro jubilado con el que se cruza en 9 entre 163 y 164.

“PENSE QUE ME MATABA”

La valiente actitud de Silvia Geymonat (56), empleada de la panadería de 9 entre 163 y 164, fue determinante para salvar la vida del jubilado que estaba siendo atacado con una cuchilla de carnicero.

En la tarde de ayer, desde una cama del hospital Larrain, Geymonat relató en detalle la dramática experiencia.“Estaba atendiendo a una clienta, cuando escuchamos que gritaban en la calle. Salí a la vereda y vi a un joven que parecía estar golpeando a un abuelo”, contó.

“Le grité que no le pegara porque era viejito -siguió-, pero (el atacante) se dio vuelta y recién ahí vi que tenía una cuchilla. Sentí mucho miedo y se me vino encima para empezar a apuñalarme”.

Sobre esos terribles instantes, recordó que “me daba con la punta de la cuchilla y con cada puñalada gritaba como poseído invocando el nombre de alguien que no pude identificar”, reveló Silvia, quien cree haber escuchado la palabra “Lucifer”. Luego de darle unas cinco puñaladas, el agresor amagó a irse. Pero no. Ensangrentada, Geymonat atinó a pedir ayuda en el kiosco de 9 y 163. “Pero la puerta del local estaba cerrada con llave y no salió nadie a asistirme”. El agresor volvió por ella. La tiró al piso, donde “me pegó varias puñaladas más. Habrán sido en total entre 15 y 20”, analizó ante la atenta mirada de su esposo y su hijo.

Geymonat admite: “Pensé que me mataba. Creí que era el final. Pero no me arrepiento de haber ido a defender al viejito, aunque nunca lo había visto”. Ese hombre es la otra víctima internada. “Su hija vino a agradecerme”, reconoció Silvia.

La mujer, con suero y vendajes en algunas partes de su cuerpo, estuvo a punto de llorar cuando se preguntó “cómo voy a hacer para olvidarme de lo que me tocó vivir”. Sus familiares comentaron que las heridas más serias las tiene en “la base de un pulmón y en una mano, pero además recibió puntazos en el pecho y en las piernas”. Los médicos analizaban ayer la evolución de las heridas antes de resolver si sometían a Geymonat a una cirugía.

El fiscal Alvaro Garganta podría indagar hoy al acusado, en caso de que los médicos confirmen que es imputable.