Entradera frustrada en La Loma: los delincuentes dispararon cinco veces

Un joven de 22 años terminó baleado en la espalda. “No lo mataron de milagro”, dijo ayer su abuela

Por falta de puntería o alguna otra circunstancia incierta, a Simón Marchetti (22) lo podrían haber matado en el intento de entradera que sufrió su tía en su casa de La Loma, el domingo a la noche. Es que el muchacho recibió un tiro en la parte baja de la espalda, pero en realidad los delincuentes dispararon cinco balazos. Inclusive, fueron detonados desde las dos armas que tenía el par de ladrones que forcejeaban con él.

Así lo aseguró Irvana, la abuela del chico, que revivió aquel momento de tensión que casi le cuesta la vida a su nieto. Ayer a la tarde, el joven seguía internado en el Policlínico San Martín.

Horas antes lo habían operado exitosamente. Los médicos lograron extirparle el proyectil que le entró en la zona renal, a un costado de la espalda, según dijo la mujer. Lo que la tía del joven percibió en el momento -“por suerte no le tocó la columna”- pareció haber sido acertado.

El joven atacado a tiros fue sorprendido en el comedor de su domicilio, en 26 entre 35 y 36, cuando eran poco más de las 19.30 del domingo. Los asaltantes circulaban en un Volkswagen Gol blanco en el que andaban “dando vueltas” por el barrio a la búsqueda de su siguiente víctima.

El robo al voleo comenzó cuando Silvana (55) fue abordada por los delincuentes que la vieron llegar a su domicilio. Para la mujer fue una maniobra llamativa, pero que en una primera instancia no fue interpretada como un robo: “Creí que eran amigos de mi sobrino”.

El primero sujeto entró corriendo a la casa. Simón se dio cuenta de lo que estaba por pasar e intentó impedirles la entrada a los otros dos que quedaban del lado de afuera. Tanto fue así que refugiado detrás de la puerta de entrada de la casa, hizo fuerza para evitar que no pudieran pasar.

El forcejeo desembocó en que esos dos delincuentes desenfundaran sus armas y le apuntaran al chico. Según la abuela de la víctima, fueron cinco disparos los que hicieron entre los dos.

En la casa estaba toda la familia, por lo que fue sólo por un azar que no hayan habido otras personas heridas. Pero el muchacho no se salvó.

En una ambulancia que “tardó media hora en llegar” a decir de Silvana, la víctima fue trasladada al hospital San Martín.

“Estaba consciente y hablaba. Esperemos que no sea nada grave”, se ilusionaba la mujer cuando recién lo habían retirado de su casa y se desconocía con certeza cuál era el diagnóstico. Todo parecería indicar que va camino a recuperarse.

El Gol blanco en el que andaban los asaltantes apareció luego abandonado en Tolosa. Pero de ellos todavía no hay rastros.

En los peritajes realizados se pudo establecer que fueron varios los casquillos de bala que quedaron desparramados en el suelo de esa casa, escenario de una entradera que estuvo cerca de convertirse en trágica.

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