Le gatillaron y pegaron a una mujer policía en una GNC de Tolosa

A las 5.15 de la madrugada, dos hombres llegaron en moto a robar una estación de GNC de 13 y 520, en Tolosa. Era el enésimo asalto en ese lugar, que estuvo cerca de derivar en una tragedia, porque uno de los delincuentes le gatilló varias veces a una policía que estaba de custodia. Esa uniformada estaba justamente para prevenir un nuevo caso delictivo. Sin embargo, fue sorprendida por uno de los ladrones que irrumpieron en el autoservicio -el más violento- que fue directamente a abordarla. Cuando se le acercó de costado pudo sacarle su pistola reglamentaria.

El arrebato implicó un forcejeo entre los dos, en el que el asaltante salió airoso. Aparentemente ninguno de los ladrones había ido armado al lugar. Cuando cambió la relación de fuerzas, los delincuentes dominaron la situación.

Mientras eso pasaba, el segundo ladrón se mantenía estático. No le pegó a la empleada de 21 años que atendía el autoservicio y lucía quieto en su lugar, como controlando el panorama. Era el otro sujeto el que parecía más exaltado y se apuraba en tomar toda la plata de la recaudación.

Tanta era su prisa que en cuestión de un minuto volvió al estacionamiento de la playa. Ahí había quedado tirada la moto de 110 cilindradas en la que habían llegado. Por un motivo incierto, el vehículo no arrancó. Y también por causas desconocidas regresó al minimercado, completamente fuera de sí.

“casi la ejecutan”

Corriendo directo hacia la policía, de unos 28 años, el delincuente le apuntó y tiró del gatillo por lo menos dos veces. “Ningún tiro salió porque estaba puesto el seguro. Por eso no la ejecutó”, aseguró Juan Ignacio Fernández, el dueño.

Tras ese ataque fallido, el ladrón la atacó a trompadas y patadas en el piso. El arma reglamentaria de la agente se le cayó debajo de un mueble y ella pudo hacerle frente. Pero esa reacción no alcanzó para que no se escapara.

Al segundo intento por irse, el asaltante tampoco pudo arrancar la moto. Terminó llevándosela a la rastra, con la misma lentitud con la que la lluvia caía a esa hora.

A todo esto, el segundo delincuente quedó adentro del comercio. La Policía llegó para atender la emergencia y lo encontraron ahí. Sin embargo, dejaron que se fuera caminando (ver Recuadro 1).

Toda la secuencia quedó registrada en las cámaras de seguridad de la estación, que es apenas una de las medidas de seguridad que se implementaron ahí para intentar prevenir la delincuencia.

Sin embargo, la tendencia sigue siendo complicada como en años pasados. Según Nahuel, hijo del dueño, ya van más de 250 episodios de inseguridad en esa GNC. La estadística suena igual de alarmante cuando se considera que sólo en los últimos 20 días hubo tres asaltos (ver Recuadro 2).

La sensación que quedó en ese comercio, con la insólita liberación del cómplice más el ataque desaforado a la policía, fue de mucha bronca e indignación por parte de los dueños. “Así es imposible trabajar y tengo miedo por mis hijos que trabajan acá”, expresó Juan Ignacio.