Cada vez más comercios de la Ciudad le dicen “adiós” a las bolsas de polietileno
| 11 de Enero de 2017 | 02:59
Las bolsas de polietileno que se entregan gratuitamente a los platenses en la mayoría de los negocios parecen tener los días contados. O al menos, comienzan a transitar el camino a su desaparición como principal alternativa a la hora de las compras cotidianas. Así lo admiten comerciantes y clientes, en el marco de una tendencia que se consolida en el ámbito local y combina la conciencia ambiental con factores económicos.
El primer día de 2017 comenzó a regir en la capital federal una norma que prohibe a los hipermercados, supermercados y autoservicios entregar bolsas de plástico; por el momento, verdulerías, carnicerías, “shops” de las estaciones de servicio y otros comercios no están alcanzados por la medida.
La onda expansiva de la regla porteña llegó hasta nuestras calles, donde se instalaron las dudas respecto de sus alcances y de la existencia de leyes similares en vigencia en el plano bonaerense o local (de hecho las hay, pero hasta ahora han sido virtualmente “letra muerta”). En los barrios corrieron trascendidos que aludían a intimaciones municipales -desmentidos por la propia Comuna- y movidas por el estilo.
En cualquier caso, más allá o más acá de las eventuales ordenanzas y fiscalizaciones, cada vez se ven más changuitos y “bolsas de mandados” en la calle; los propietarios y encargados de comercios, particularmente minimercados y almacenes, instas a sus clientes más jóvenes a incorporar nuevos hábitos, y a los veteranos a recuperar aquellos abandonados hace treinta años, cuando el aprovechamiento de insumos reutilizables era moneda corriente en todos los órdenes de la vida, desde las botellas a los pañales.
En estos locales, los mecanismos son variados; puede que se entreguen gratuitamente bolsas de papel madera o “friselina” -tela con textura similar al papel- estampadas con publicidades propias o ajenas para solventar su fabricación; que se concedan bolsas de nylon, pero cobrándolas $0,50; o que se las regale, solamente cuando el cliente esté a pie y no cuente con un vehículo a mano para transportar la mercadería adquirida.
PLÁSTICO EN LA MIRA
“Las bolsas blancas generan mucha contaminación, andan por todos lados; en China era igual, y hubo que ponerles freno. El argentino tiene un país hermoso y lo ensucia, pero hay que pensar en los hijos” explica Liu, quien tiene un autoservicio en la zona de parque San Martín: “nosotros regalamos más de diez mil bolsas, y pocos las usan de nuevo”.
“Ahora estamos con las verdes y negras de nylon, las cobramos $0,50 y a partir de la semana que viene no vamos a dar más” adelanta Liu: “no queremos Argentina sucia, ojalá se prohiban las bolsas de plástico. Por suerte al 70 por ciento de la gente l avisamos y ya trae las suyas”.
Frente a plaza Brandsen, Silvina Bustamante explica que “si bien la ordenanza que se conoció hace poco es para la capital federal, se nota una mayor conciencia; en lo que va del año, hemos vendido muchas bolsas de mandados de friselina; otras, que tienen el logo del comercio, las regalamos, para incentivar su uso”.
“Cuando terminemos con las blancas comunes que tenemos en stock, no vamos a entregar más de ésas” anticipó Bustamante: “pero las verdes y negras plásticas que se proponen como alternativa tienen un costo bastante alto, más de un peso cada una, que hay que absorber o trasladar al cliente. Las autoridades tienen que encontrar la forma de estimular a los comerciantes y compradores para sumar conciencia acerca del medio ambiente”.
Actualmente, una bobina con un kilogramo de bolsas de “arranque” para caramelos cuesta unos 50 pesos; cien bolsas de polietileno chicas tipo “camiseta”, con dos asas, cuestan unos $40.
“Estamos intentando generar un conjunto de comercios de la zona que compartan algunas prácticas amigables con el medio ambiente” destaca Lucía Gómez Smith, desde una panadería situada a cien metros de plaza Castelli: “se rumoreaba que iba a llegar una intimación municipal por lo de las bolsas, pero no es así; de todos modos, estamos trabajando en el tema”.
“Tratamos de concientizar” subraya la comerciante, quien es técnica en seguridad e higiene: “evitamos las ‘dobles bolsas’, le contamos a la gente que vamos a tratar de no dar más de plástico en un par de semanas o antes salvo que sea indispensable, etcétera”.
En 2008, la Legislatura bonaerense sancionó la Ley 13.868 que prohíbe en todo el territorio provincial “el uso de bolsas de polietileno y todo otro material de plástico convencional, utilizadas y entregadas por supermercados, autoservicios, almacenes y comercios en general para el transporte de productos o mercaderías”.
Promulgada ese mismo año y reglamentada en 2009, con el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible como autoridad de aplicación, nunca se cumplieron los objetivos que buscaba.
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