Preparan plan de exploración para develar el enigma del posible túnel

Uno de los míticos pasadizos de la época fundacional. Los restos de un sótano o despensa. Una instalación sanitaria de inusuales dimensiones. Las hipótesis acerca del espacio abovedado subterráneo que se descubrió anteayer en uno de los patios de la Curia local se multiplican, mientras expertos en patrimonio, autoridades eclesiásticas y municipales intentan bosquejar un plan de exploración que permita determinar qué es la misteriosa cámara situada en el palacio de 53 entre 14 y 15.

Ayer, un grupo de funcionarios de la Comuna se acercó a la largamente centenaria residencia D’Amico -se inauguró en 1887- para ponerse al tanto. Allí fue recibido por Carlos Canosa, asistente del arzobispo Héctor Aguer, quien detalló las alternativas que llevaron al hallazgo.

La cavidad de unos dos metros de profundidad y extensión incierta, llena de escombros y tierra húmeda y con paredes de mampostería, fue encontrada por un grupo de operarios que realizaba tareas de recambio de conductos pluviales y cloacales. Tuvieron que trabajar a destajo para romper la cubierta de ladrillo y barro de treinta centímetros de espesor.

“Son lugares que no tienen que ver con el oscurantismo sino con la historia”, consideró Gustavo Silva, secretario de Cultura local: “así como en la Casa Rosada existieron túneles que la vinculaban con lo que actualmente es Puerto Madero, nuestra ciudad tuvo sus propias conexiones subterráneas”.

La cavidad, de unos dos metros, fue hallada por operarios que reemplazaban conductos pluviales y cloacales.

“Hay que pensarlo desde lo que era habitual en la época” subrayó Silva: “no era inusual que los funcionarios, por comodidad, se trasladaran de esa manera. Hay muchas leyendas en La Plata sobre la masonería; que Dardo Rocha, su fundador y gobernador de la Provincia, fuera masón, y que muchas logias hayan tenido una fuerte presencia en la historia de la ciudad no implica la existencia de mitos o lugares ocultos sino históricos”.

Durante la jornada de hoy, si las condiciones meteorológicas lo permiten -era tema de debate cómo evitar el anegamiento de la bóveda si se desatan las tormentas pronosticadas- técnicos de las áreas de Cultura y Patrimonio sondearán el boquete con cámaras en miniatura conectadas con cables de fibra óptica.

“Vamos a tratar de tener un pantallazo de lo que hay dentro de la cámara, para ver si continúa en alguna dirección y determinar cómo se haría un trabajo de excavación, convocando a grupos de arqueología urbana si es necesario” precisó Juan Galasso, director de Patrimonio: “puede tratarse de un lugar de almacenamiento o antigua bodega, así como un reservorio cloacal o pluvial; de todos modos, es una construcción histórica que puede guardar revelaciones valiosas”.

Desde Cultura, Gustavo Silva adelantó que de confirmarse que se trata de un pasadizo, la idea es “mostrarlo e incluso darle un valor agregado, como podría ser la creación de una galería de arte”. En el arzobispado aseguran que “existe la mejor predisposición para que se avance en las investigaciones que se crean pertinentes”.