Un ganador serial y varios argentinos que se destacaron

Por

Eduardo Tucci Opinion

D urante el desarrollo abundaron las sorpresas, pero a la hora de la bandera a cuadros la historia volvió a repetirse. El Dakar, una vez más, confirmó que es la aventura sobre ruedas más difícil del mundo y que hay alguien que parece haberle tomado la mano: Stéphane Peterhansel, ganador por decimatercera vez del complejo desafío. Un récord inigualable con seis títulos en motos y siete en autos.

A la hora de la coronación frente a la emblemática sede del Automóvil Club Argentino no sólo festejaron sus victorias el fantástico Peterhansel, el motociclista Sunderland, Sergey Karyakin el primer ruso ganador en cuatriciclos y el “camionero” Eduard Nikolaev. También hubo aplausos para varios argentinos que del principio al fin fueron protagonistas directos en la pelea por los puestos de privilegio, ocupando lugares preponderantes en la clasificación final.

Los nuestros formaron parte del Top Ten en la clasificación general, lo que no es poco teniendo en cuenta la categoría de los rivales en una prueba que no admite el más mínimo error. Así, el mendocino Orly Terranova se quedó con la sexta posición final entre los autos, a bordo de un Mini; Franco Caimi quedó octavo en las motos; Pablo Copetti hizo suyo el lugar que dejaron vacante los Patronelli en cuatriciclos finalizando tercero; y el Coyote Villagra fue cuarto en la clase más pesada, los camiones.

Atrás quedaron 12 capítulos demoledores, llenos de sorpresas que atravesaron Paraguay -por primera vez-, Bolivia y Argentina en los que las contingencias climáticas obligaron a recortar tres tramos y suspender dos etapas.

La 39ª edición del Dakar, noveno en tierra sudamericana, planteó el desafío físico y mecánico de costumbre, aunque en esta oportunidad se sumaron fenómenos meteorológicos, como el trágico alud jujeño, inéditos por la furia y las consecuencias que acarrearon.

En lo deportivo, Peterhansel y Peugeot fueron letales en la clase reservada a los automóviles y de nada valieron las intentonas de Toyota y Mini por acercarse al puesto de honor. El piloto galo, a quien se lo conoce como “Monsieur Dakar” terminó delante de otros dos grandes, Sebastien Loeb y Cyril Despres, que también defendieron los colores del León francés.

En las dos ruedas volvió a dominar KTM con Sam Sunderland -el primer inglés en lograr un título- como escudero, seguido de otro piloto defensor de la misma marca, el austríaco Matthias Walkner.

En los cuatri Seergey Karyakin se paró en el escalón principal del podio y entre los camiones siguió el dominio ruso a través de Eduard Nikolaev. En las dos categorías hubo dos descollantes actuaciones argentinas: Pablo Copetti y Federico Villagra.

Y entre los nuestros también alcanzaron relevancia las actuaciones de Juan Manuel Silva y Facundo Ardusso, dos genuinos representantes del Turismo de Carretera, la principal categoría del automovilismo criollo. El Pato terminó 33º después de retrasarse en los tramos finales y “Facu” fue 22º en su primera experiencia en el Dakar.

Punto final para la competencia motriz más exigente del planeta. El podio de un argentino, Pablo Copetti, más las excelentes producciones de Caimi, Terranova y Villagra se sumaron a la ratificación de una leyenda del Dakar, Stéphane Peterhansel. Aunque en verdad, tomando en cuenta las características del Dakar, todos los que “dieron la vuelta” tienen motivos suficientes para festejar.