Padre e hija murieron electrocutados en el patio de su casa del barrio Cementerio

Como tantas otras veces, una joven de 25 años salió ayer a la mañana al patio de su casa en la zona del Cementerio, para colgar en un tendedero de alambre.

Pero el infortunio y la imprudencia se conjugaron para que esa tarea de rutina terminara de manera trágica para María Angelina Machado (25) y su padre, Julio Alberto (49), quien quiso socorrerla cuando ella recibió una fuerte descarga eléctrica. Ambos cayeron al piso fulminados. Y, pese a la desesperación de algunos familiares y vecinos, no fue posible salvarles la vida. Murieron en el acto.

Ocurrió a las 10 de la mañana en un lote situado en 135 entre 76 y 77, donde María Angélica vivía con su pareja, a pocos metros de la vivienda de sus padres.

Su hermano, Pablo Sebastián Machado (30), reflexionó ayer a la tarde que este terrible drama familiar podría haberse evitado.

“Mi hermana estaba descalza colgando la ropa en el tendedero de alambre y el piso estaba mojado por el agua que caía de la ropa. Lo mismo que mi papá, que al darse cuenta de lo que pasaba fue rápido a tratar de auxiliarla, pero también sin ojotas”, contó el joven ayer a la tarde, atravesado por la tristeza.

Con todo, la tragedia la desencadenó el hecho de que “un cable de luz pelado justo cayó sobre el alambre donde mi hermana tendía la ropa. Así fue como provocó esta desgracia por partida doble”, detalló Pablo.

ESPANTOSA ESCENA

A raíz de este trágico accidente doméstico, enseguida se cortó el suministro eléctrico en las dos viviendas del mismo terreno. Y del interior de una de ellas salió preocupado un adolescente de 15 años para avisarles a su padre y a su hermana de esa circunstancia.

“Pero mi hermanito enseguida los vio (en alusión a las víctimas) tirados en el suelo. Fue tremendo para él. Enseguida avisó a vecinos, vino luego la Policía y no hubo tiempo ni siquiera para pedir una ambulancia. Ya habían muerto. Ahora él está muy mal”, dijo Pablo, refiriéndose a su hermano menor. Al momento del drama él estaba trabajando y se enteró por un amigo. “Todavía estoy aturdido”, reconoció.