En un San Bernardo repleto de platenses, la estadía promedio es de una semana

Especial para EL DIA
RICARDO CASTELLANI
FOTOS: ROBERTO ACOSTA

San Bernardo (Enviados especiales)- Arrancó la segunda quincena y San Bernardo se llenó de platenses. Se los ve por la Chioza, por la avenida San Bernardo, por las playas y paradores, con las camisetas de Estudiantes y Gimnasia como principal símbolo de identidad. Son familias que eligen estas playas como destino de siempre, en sus dúplex o departamentos propios, o parando en hoteles, con conocidos de siempre.

Como Valentina Carlomagno (15), que llegó el 26 de diciembre con mamá Mónica y papá Lisandro, todos vecinos del platense barrio de La Loma, y piensan quedarse hasta el 10 de febrero en su casa de todos los veranos. Valentina estudia en el Misericordia, pero además de sus amigos platenses, su barra de verano, de distintas localidades, está acá en San Bernardo desde hace muchos años. Como Delfina Andreoli, también quinceañera, que se instaló con su familia desde el sábado pasado para quedarse hasta fines de febrero. Las dos familias se conocen desde que las nenas tenían 5 años, y todos los veranos se reencuentran en Sanber, junto a otros jóvenes que conforman una barra que se junta en la playa, en las carpas contiguas, en la práctica de deportes y, por supuesto, también en los boliches bailables, marca registrada de San Bernardo, a donde acuden adolescentes de todas las localidades que conforman el Partido de la Costa.

Pero no todos son adolescentes. San Bernardo nuclea a familias enteras de platenses, de hasta varias generaciones, que se encuentran en estas arenas todos los años para pasar el verano.

Es el caso de los Pietra y los Armando. La primer familia está encabezada por el abogado ya jubilado Carlos Pietra, ( 64) quien está junto a su esposa Lucía Valenti, su hija Luciana y sus nietas Sol, de 7, y Azul, quien durante estas vacaciones en Sanber cumplirá sus cinco añitos. En La Plata, son del barrio de la plaza Malvinas.

“La costumbre de alquilar por todo el mes prácticamente desapareció”

Amigos de toda la vida, junto ellos están los Armando, del barrio platense de Gambier, encabezados por Héctor (73), quien llegó con su hija Carla Florencia y sus nietos Arturo, de 11 y Renato, de 3. Todos juntos comparten carpa en el balneario Piscis desde temprano para jugar cartas y tejo y aderezar la jornada con charlas eternas que se prolongan más allá del atardecer.

VACACIONES POR UNA SEMANA

Muchos platenses tienen su propio departamento en estas playas, y muchos otros alquilan. ¿Por cuanto tiempo?

“La costumbre de alquilar por todo el mes prácticamente desapareció -cuenta Walter Nuñez, de la inmobiliaria Distéfano- y diría que el alquiler por quincena prácticamente también. Ahora, la gente viene mayoritariamente por una semana, o directamente los fines de semana. Hay que adaptarse a los tiempos, y alquilar entonces por el tiempo que la gente demanda”.

En este marco, en cuanto a los precios, pasar una semana en un dúplex para cinco personas en pleno centro -Chioza y Hernandarias- con cochera, TV cable, microondas y todos los servicios, tiene un valor en esta segunda quincena de enero de 7.500 pesos.

Opciones más económicas, como un departamento de dos ambientes a dos cuadras del mar, con los mismos servicios, se puede conseguir por cinco mil pesos la semana.

Y si al alojamiento se le quiere sumar sombra en la playa -las costas de San Bernardo son particularmente angostas y conseguir un lugar para instalarse a veces se hace una tarea muy difícil- hay que pensar en 700 pesos diarios por una carpa para cuatro personas en un balneario céntrico con piscina, vestuarios, quincho y parrilla.

A su vez, dejar el auto en los alrededores, en lo que se denomina “estadía de playa”, desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde, implica un gasto más de 100 pesos diarios en las cocheras que se ofrecen en la zona del microcentro.

Mientras tanto, el clima está regalando sus mejores días. Ayer el sol volvió a brillar y las playas sanbernardinas mostraron otra vez un mosaico de toallas y sombrillas con incursiones permanentes al mar que se aprovecharon al máximo, ya que los conocedores del clima costero anuncian sin que nadie los quiera escuchar que entre hoy y mañana podría haber cielo oscuro y chaparrones.

Claro que por la mañana, el escenario playero es solo para los mayores, ya que los chicos, amos y señores de estos lares, a esas horas recién se acuestan tras sus recorridos por pubs y boliches que le dan una característica tan especial a esta localidad.