Lo encontraron ahogado en la pileta de un country

La aparición de un hombre ahogado en la pileta de su propia casa implicó un enorme revuelo en el country donde ocurrió, Haras del Sur 1, y el inicio de una causa en la que intervienen la Policía y la Justicia. El hallazgo se dio alrededor de las 6 de la mañana de ayer, en ese barrio cerrado situado en el kilómetro 69 de la Ruta 2 y hasta ahora todo permite suponer que se trató de un accidente..

Aparentemente, fue su madre quien “lo encontró flotando en la pileta” de su domicilio, emplazado en el lote 343 de esa urbanización privada, según datos proporcionados por voceros policiales a este medio.

Los agentes de la base vial Samborombón acudieron al llamado de alerta hecho desde el country. El encargado de corroborar la muerte fue un médico de un servicio privado.

Marcelo Javier Miraglia (48), tal como fue identificada oficialmente la víctima, fue retirado del domicilio con un móvil de la Policía Científica, encargada de las pericias en el lugar.

“sin signos de violencia”

En una inspección a simple vista del cuerpo, los agentes deslizaron que la víctima “no presentaba signos de violencia” tal como golpes, cortes o lesiones de otra característica.

La fiscal Ana Medina, titular de la UFI en turno, dispuso que se inicie un expediente que lleva la carátula “averiguación de causales de muerte”.

La funcionaria también ordenó que se realicen los peritajes correspondientes, que el cuerpo sea sometido a una operación de autopsia para determinar sin dudas qué provocó la muerte y que se investigue el episodio.

Fuentes oficiales confirmaron que el hombre fallecido tenía su domicilio en el lugar, tenía pareja y trabajaba como técnico en Seguridad e Higiene.

En otro episodio que mereció la apertura de una causa con la misma calificación, efectivos del CP Norte corroboraron ayer a la mañana el fallecimiento de un hombre de 86 años en Villa Elisa, en 28 y 407.

Identificado como Severino Giugovaz, el hombre se encontraba sin vida en su habitación, dentro de la cual los policías no habrían notado ningún tipo de desorden o ingreso violentado que diera a pensar en alguna circunstancia sospechosa.