Los republicanos en el Congreso reciben al magnate con cautela

Por ERICA WERNER (*)

 

WASHINGTON.- Los republicanos en el Congreso monitorean constantemente los tuits de Donald Trump, analizan cada una de sus declaraciones y se preparan para posibles controversias cada vez que da una entrevista, pero dicen al mismo tiempo que se están acostumbrando a esperar lo inesperado del nuevo presidente estadounidense y que están aprendiendo a aceptar su estilo errático, aun cuando sus pronunciamientos incitan a divisiones o socavan objetivos de los mismos republicanos.

Es así como en el alba de la era Trump, los republicanos más optimistas en el Congreso creen que podrán trabajar bien con el nuevo mandatario a fin de implementar políticas positivas en momentos de divisiones agrias. El Partido Republicano ahora controla la presidencia y ambas cámaras del Congreso y la cúpula del partido sabe que la ciudadanía espera resultados.

“Esto es lo que quiere el pueblo estadounidense, es algo refrescante”, afirmó el líder de la mayoría republicana en el Congreso, Kevin McCarthy. “Estaremos trabajando juntos, la cámara baja con Trump. Tenemos las mismas prioridades”.

Muchos congresistas republicanos fueron renuentes a respaldar la candidatura de Trump y perduran algunas de esas inquietudes. Varios de ellos están inquietos por algunas de las políticas internacionales del presidente, como por ejemplo su escepticismo hacia la OTAN. Otros se hallan desorientados por la tendencia de Trump de dar una opinión un día y la opinión contraria al día siguiente.

Eso pasó hace poco en los temas del sistema de salud y de los impuestos, asuntos que el Congreso prometió reformar en la campaña. En entrevistas recientes, Trump se pronunció a favor de un sistema de seguro médico para todos y arrojó dudas sobre un pilar de la política impositiva de los republicanos, aunque en entrevistas subsiguientes flexibilizó sus comentarios.

Los legisladores republicanos se están acostumbrando a aceptar el estilo errático de Trump

El representante Mark Sanford, de Carolina del Sur, quien fue gobernador de su estado durante ocho años antes de ser elegido al Congreso, advirtió que un jefe de Estado debe asumir posiciones y saber defenderlas. “Está bien en la campaña hacer que los demás no sepan exactamente cuál es la posición de uno, pues deja al adversario nervioso y desorientado”, señaló Sanford, “pero cuando uno está gobernando, eso podría ser un desastre”.

El mismo Trump reveló que el presidente de la Cámara baja, Paul Ryan, lo llamó y le pidió que dejara de hablar de impuestos “porque es un cosa complicada”, pero en general tanto Ryan como otros líderes republicanos que están en contacto constante con Trump y con el equipo de gobierno tienden a restarle importancia a las contradicciones constantes del presidente. Aseguran que a medida de que los republicanos conozcan mejor al mandatario, también se irán tranquilizando.

Durante la presidencia de Barack Obama, muchos criticaban al mandatario demócrata por distanciarse del Congreso, por su falta de interés en hacer amigos en la legislatura, por su renuencia a tratar de convencerlos. Los republicanos en el Congreso ahora dicen que desde ya están impresionados por el estilo más accesible de Trump y vaticinan que él tendrá mejores relaciones con el Congreso en comparación con Obama.

“Hay cierta afinidad que este presidente tiene hacia las relaciones personales, especialmente relaciones personales cercanas”, dijo el representante Patrick McHenry de Carolina del Norte. “Es así como día por día, los congresistas republicanos se van acostumbrando a la manera en que este presidente expresa su poder, usa su poder. Aun si no lo entienden completamente, poco a poco lo van aceptando”.

 

(*) Analista de la agencia AP

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