Los vecinos de la plaza Matheu, en pie de guerra por la zona roja

Gritos, corridas, exhibicionismo, presunto consumo de drogas, sangre, excrementos. Un combo tan desagradable como preocupante para los vecinos de los alrededores de plaza Matheu, que tienen que convivir con la zona roja, en la que la que -denuncian- por amplia mayoría hay travestis semidesnudas rondando las calles, sin límites, llevando a la mayoría de los frentistas a encerrarse entre rejas para protegerse.

Y una sensación de total indefensión e impotencia es la que domina a la zona de 64 entre 1 y 2, donde parece que se ha concentrado el grueso de las operaciones de quienes ofrecen, literalmente, sexo en la vía pública, según denunciaron.

En esa cuadra funciona un centro de día al que asisten 60 chicos y adultos con capacidades diferentes.

Los vecinos juntaron firmas para pedir que alguna autoridad se ponga al frente para darle una respuesta a su reclamo: “Vivir en paz”.

“Hace unos días se vienen presenciando situaciones que no son gratas para nadie. Tanto los residentes como los profesionales del centro no tienen por qué oler desperdicios de orín y materia fecal, que se dejan en la vereda y la puerta de la institución, que deben ser aseados por personal de la misma”, remarca una carta que dieron a conocer desde la institución, en la que describen que “hay que estar muy atentos cada vez que a la mañana bajan a los chicos, con sus sillas de ruedas, y deben esquivar todos los desechos que cualquiera se pueda imaginar. No hay límites”.

“CUADRA LIBERADA”

Para los vecinos, “la cuadra está liberada, fundamentalmente en horas de la madrugada, donde puede pasar cualquier cosa. También es de público conocimiento que en esta zona como en los alrededores de la plaza Matheu se ofrece sexo pago”.

Un vecino de la zona describe que entre las 4 y las 7 la zona es “tierra de nadie. Pasa cualquier cosa”.

Según describen los frentistas, hubo noches en las que “los vecinos que regresan de alguna cena o encuentro social, se encuentran con escenas de sexo explícito en la vereda. Si todo el mundo sabe que ocurren estas cosas en las calles, por qué no actúa la policía”.

La profunda sensación de desprotección que tienen los vecinos se puede observar en sus ojos casi al borde de las lágrimas cuando cuentan que al momento de llamar a las fuerzas de seguridad o a la Municipalidad para que actúe la policía local no encuentran respuestas. “No sabemos a quién recurrir. Esto es tan triste como las situaciones que vivimos hace años y de la que nadie se hace cargo”, dijo uno de los frentistas que habló con este diario, preocupados por la situación que atraviesan.

“Después de las siete de la tarde no podemos estar en las veredas de nuestras casas. Tomar un poco de fresco, visitar al vecino, o salir para la casa de algún familiar o amigo es una utopía”, plantearon los frentistas, que ayer expresaron su tremenda preocupación por la situación que deben atravesar.

Pero la situación de 64 entre 1y 2 se multiplica sobre 65, la avenida 1 de 62 a 68 y diagonal 73. La mayoría de los vecinos busca que “la zona roja se termine de una buena vez. Los sacaron de plaza España pero se vinieron todos para acá”, dijo una de las vecinas que está “harta de limpiar excrementos humanos cada mañana, porque esto no se agota sólo los fines de semana. Prácticamente nos ocurre todos los días”.

También describen los vecinos que “en los canteros de los árboles de la zona numerosos jóvenes, algunos adolescentes, buscan paquetes, presuntamente con estupefacientes. Esto puede terminar muy mal en cualquier momento. Es una situación agobiante”, contó, entre palpitaciones, una vecina que lleva más de cuatro décadas en el barrio y asegura que “nunca vivimos una situación tan preocupante como está pasando en los últimos meses”.