La gran hazaña de San Martín, dos siglos después y con sello platense
| 29 de Enero de 2017 | 02:42

Para algunos no es la primera vez. Para otros, ni siquiera la segunda. Pero todos coinciden en que es “especial”. Vecinos de nuestra región, estudiosos y admiradores del General José de San Martín, cruzarán la cordillera de Los Andes en el marco del 200 aniversario de la batalla de Chacabuco, clave en el proceso de independencia.
Van por su cuenta. Aunque “inevitablemente nos cruzaremos con el ejército que recreará la gesta (ver aparte)”, dicen el platense Pedro Larroude y Ramiro Alcuaz, vecino de Brandsen, quienes ya participaron dos veces de cruces con fines científico-pedagógicos. Fueron en el marco de estudios impulsados por un instituto de formación superior e incluyeron riesgos importantes, pues subieron hasta casi 4.500 metros sobre el nivel del mar en condiciones casi similares a las de los patriotas de 1917.
Esos cruces los realizaron por el paso de Uspallata (el primero) y de Portillo (el segundo). “Ahora, si bien cruzaremos en condiciones menos ásperas, tendremos el orgullo de ir por Los Patos, es decir, el paso que utilizó la columna en la iba San Martín y que permitió sorprender a los realistas. Tardaremos 10 días. Y el 12 estaremos en el acto de conmemoración de la gran batalla”, dijeron.
Por Los Patos irán a caballo unos 20 sanmartinianos. Por Portillo lo harán 8, uno a caballo y el resto caminando. Mientras que “algunos que no pueden hacerlo de ninguno de esos modos, por edad o salud, irán en micro por Uspallata”, detallaron.
“Se trató del proceso geopolítico más grande en la historia de Latinoamérica”, se entusiasma y con razón Emiliano Amondarain, oriundo de Bavio.
EN SU PIEL
Adriana Geymonat, docente platense, apunta que “el cruce es una hazaña reconocida y tremendamente valorada en todo el mundo, pero hoy en día no es sencillo transmitirles eso a mis alumnos, de modo que quiero hacerlo para ponerme al menos un poquito en la piel de aquellos soldados, que le hicieron frente durante un mes al frío, al hambre, a la incertidumbre, mientras transportaban cañones y municiones en (11.000) mulas. Sin comunicaciones, sin posibilidad alguna de rescate”, subraya mientras mira a su compañera Melina Genzone, de Pila.
Fueron 5.500 hombres, 11.000 mulas -“animales muy difíciles de conseguir y de amansar”, dice Alcuaz- y 1.600 caballos. “Iban a llevar vacas para comer, pero alguien dijo: si hacemos fuego nos van a ver. Y tuvieron que dejarlas. Toda la organización fue terriblemente compleja. Una locura para la época que solamente un genio como San Martín podía llevar a cabo”, realza Larroude.
Pedro y Ramiro, junto a otros profesores que participaron de los viajes científicos, han volcado esas experiencias, más los detalles menos conocidos de la inmensa gesta, en un libro que fue editado por la Universidad de Lanús y que próximamente llegará a todas las escuelas del país.
“Por mi parte, al vivir esta experiencia y poder luego transmitírsela a mis alumnos quiero aportar un grano de arena a la comprensión cabal de nuestra historia. Y creo, en perspectiva, que semejante hazaña sólo sería comparable en nuestro país a una recuperación pacífica de las Islas Malvinas”, opinó Emiliano. El miércoles se pondrán en marcha.
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