La Ciudad entre el período de adaptación y una transición complicada

El 2016 fue para Julio Garro un año de ardua transición, en el que, cargado de sobresaltos, no faltaron dificultades en la búsqueda de lograr consolidar un equipo de gestión eficiente para afrontar la administración del municipio, que ahora prevé relanzar.

El flamante intendente dio su primer discurso denunciando una pesada herencia anclada en el desorden de las cooperativas y en una deuda comunal que la gestión anterior refutó reiteradamente, provocando fuertes cruces entre los nuevos oficialismo y oposición.

Y cuando la recién llegada administración estaba todavía desembarcando, el 31 de diciembre la muerte de la joven Emilia Uscamayta en una fiesta clandestina constituyó el primer trago amargo, en un caso cuyas responsabilidades de funcionarios todavía investiga la justicia.

El 8 de enero una protesta de militantes frente a la sede municipal fue reprimida con balas de goma provocando fuertes críticas por parte de la oposición, en una sucesión de protestas por distintos motivos que mantuvo durante meses virtualmente cortada la calle 12.

En medio de la crisis por la falta de recolección de residuos y el reordenamiento de las cooperativas, el jefe comunal amplió el convenio con la empresa Esur y lentamente inició un proceso de puesta a punto del deteriorado estado del espacio público, que incluyó la iluminación, la semaforización y la limpieza.

Pero mientras el motor de la gestión todavía estaba arrancando, en la mañana del 2 de marzo mientras el Intendente se dirigía a su despacho, la familia Garro sufrió un violento asalto en su casa del Grand Bell. Por el hecho permanece detenido su vecino y hasta entonces policía Patricio Masana, mientras que sus dos cómplices permanecen inexplicablemente prófugos.

Superado el dramático episodio personal del jefe comunal, en el desarrollo propio de la gestión otras dificultades fueron tomando volumen, entre ellas la del déficit en el bacheo de las calles. La situación, que suscitó multiplicadas críticas vecinales en todas las localidades motivó en julio el desplazamiento del primer secretario del gabinete, el titular de Obras y Servicios Públicos, Ramiro Colombo, quien fue reemplazado por Luis Barbier, pero el problema subsiste al que se agregaron los anegamientos de calles por lluvias de apenas 40 milímetros.

Otros movimientos se fueron dando en el transcurso de la consolidación de un método de trabajo, que incluyó el recambio de delegados y funcionarios de segunda línea, como también el del secretario de Hacienda Claudio Moyano, reemplazado por Pablo Gorosito.

En su segundo año de gestión debe aportar respuestas concretas y cristalizar en los hechos sus anunciados proyectos, fundamentalmente en obras que permitan una urbanización en amplias y abandonadas zonas perifericas. Dicen que para ello contará con fondos de origen nacional y provincial.