La Ciudad busca reponerse del furioso viento que tiró más de 150 árboles, ramas y postes

Con un comportamiento climático cada vez más imprevisible y agresivo, la naturaleza volvió a mostrarle a los platenses lo que puede provocar cuando se desata con furia. Las secuelas del viento feroz que sopló anteanoche con ráfagas de más cien kilómetros por hora podían verse ayer en las calles de la Ciudad, que amanecieron atravesadas por centenares de ramas y árboles caídos, postes inclinados, cables cortados y carteles tumbados.

Fue otra manifestación de un fenómeno meteorológico extremo, que ya en febrero pasado había dado otra contundente muestra en la Región y que esta vez dejó un tendal de más de 150 árboles y postes del tendido eléctrico dañados, según los cálculos oficiales.

Semejante destrucción se tradujo, a su vez, en incontables apagones en distintos barrios de La Plata, Berisso y Ensenada, en muchos de los cuales seguían sin luz al cierre de esta edición (ver página 15). En muchos otros sectores lo que flaqueó fue el servicio de agua potable, afectado por la caída de un paredón en la estación de bombeo de Punta Lara y los cortes que dejaron sin energía eléctrica a los equipos instalados en el parque San Martín y en Berisso.

A primera hora otra consecuencia evidente eran las decenas de calles que estaban cortadas, debido a las tareas para remover los árboles que se vinieron abajo, lo que repercutió en la fluidez del tránsito, sobretodo en el casco urbano.

Sobre el operativo, por la mañana el secretario de Espacios Públicos, Marcelo Leguizamón, explicó que “se trabajó intensamente durante toda la noche, con cuadrillas en diversos puntos del partido. En total se registraron la caída de más de 80 árboles y ramas de gran porte” (con el correr de las horas la cifra oficial se elevó a 151). El funcionario agregó que “se priorizó inicialmente liberar la calzada, para permitir el normal tránsito vehicular, y luego se realizó la remoción del arbolado y ramas de gran porte en la vía pública, de los cuales el 90% quedó resuelto”.

TREMENDO SUSTO

Cuando arreciaba lo peor del temporal, una de las situaciones más dramáticas se vivió en calle 6 entre 60 y 61, en la casa de una familia. Anteanoche, María Andrea y su hija Agustina estaban dentro del inmueble cuando de repente sintieron y observaron incrédulas cómo parte del techo se les caía prácticamente encima. ¿El motivo? En medio de la tormenta se desprendió parte de la mampostería de un edificio lindero, la cual cayó de lleno sobre la vivienda de las mujeres. Si bien llegaron al lugar personal de Bomberos y Defensa Civil que trabajaron para apuntalar las paredes, la casa quedó inhabitable y en peligro de derrumbe.

En la escuela Santa Ana de 511 entre 25 y 27 tuvieron que suspender las clases ayer y las del turno mañana de hoy porque el viento desprendió las chapas de parte del primer piso de la institución. La medida afectó a 515 alumnos entre Jardín de Infantes y Primaria. “Llegamos a la mañana y esto era un desastre. Las chapas habían volado por todos lados. Por suerte no entró tanta agua a las aulas porque quedó el techo de madera, pero hubo que trasladar el mobiliario y ahora hay que reconstruir todo”, dijo Candela Vicente, la secretaria del colegio.

El largo catálogo de secuelas incluyó, entre otros casos, tres postes de media tensión tumbados en la calle 153 y 620, a metros de una escuela; grandes tramos de cableado con tensión caídos en 137 y 601; en la calle 160 y 610 cayó un transformador y se derramó de aceite, y el mismo panorama tuvo lugar en 146 entre 44 y 45, donde los vecinos asustados llamaron a Defensa Civil, Policía Ecológica y Edelap; a su vez, el techo de una casa de 140 y 526 se voló íntegro; y en 38 entre 148 y 149, un árbol aplastó y derrumbó el baño de una casa.