Con el traslado en veremos, apuran los arreglos en el recinto de Pelusa

La salud de “Pelusa”, la elefanta que creció junto a los platenses, se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en una “cuestión de Estado” para la Ciudad, pero su destino sigue siendo incierto.

Si bien hace meses se viene barajando la posibilidad de un traslado a un santuario en Brasil, en un intento por conseguir el bienestar del paquidermo que superó el medio siglo de vida, el operativo sigue “en veremos”. En rigor, a esta altura ni siquiera está definido que vaya a realizarse alguna vez. O sea, todavía es materia de análisis, teniendo en cuenta los riesgos que implicaría llevarla hasta el Mato Grosso.

Así las cosas, mientras los proteccionistas denuncian que se la ve “desmejorada” y reclaman medidas urgentes, la Defensoría del Pueblo de la Provincia pidió al Concejo Deliberante local que convoque a la Comisión de Reconversión del Zoológico (ver aparte).

Por su lado, desde la Municipalidad de La Plata aseguran que por estos días se “ultiman” los trabajos de reacondicionamiento del ambiente de Pelusa. Además, agregaron que se espera que autoridades de Fauna del vecino país aprueben el traslado, pero deslizaron que recién en noviembre próximo, en el marco de una “evaluación exhaustiva”, se definirá si la llevan a Brasil o se queda en el Zoológico local.

Desde el 2012, Pelusa sufre de Pododermatitis crónica, una infección frecuente en los paquidermos que afecta sus patas, le provoca mucho dolor y, como consecuencia, le reduce los movimientos al punto de generarle inconvenientes para caminar y hasta mantenerse parada.

En ese contexto, desde el Municipio señalaron que se “tapizó el suelo de su recinto con un nuevo piso de caucho que le permite descansar las patas, teniendo en cuenta que los escombros y el material calcáreo que estaba obligada a pisar hasta el momento no eran buenos para su actual estado de salud”.

Además aseguraron que en el marco de esas obras se “amplió el recinto, generando un ambiente en el que Pelusa puede caminar más de un kilómetro por vuelta. A su vez, colocó una red que impide el acceso de las palomas e instaló un sistema de calefacción para contrarrestar el frío del recinto”.

Meses atrás el Municipio había anunciado que se invertiría $2,5 millones en el reacondicionamiento del espacio en donde vive el animal más mimado del Zoo.

Al respecto, ahora agregaron que “actualmente se está reemplazando el sustrato (arena especial) contaminado del recinto de la elefanta por sustrato nuevo y, de esta manera, el reacondicionamiento de su hábitat estaría terminado la próxima semana”.

LA SALUD Y EL TRASLADO

Por otra parte, teniendo en cuenta la enfermedad que la elefanta padece desde hace más de 5 años, los especialistas “llevan adelante diversas tareas de estímulos motivacionales y han logrado mantener el estado físico de Pelusa, deteniendo su descenso de peso”, según portavoces municipales. En este aspecto, se informó que “come el 3% diario de su peso en base a una dieta específica y variada, acorde a sus necesidades, que incluye la ingesta de diferentes pasturas para fortalecer sus proteínas, además de frutas y verduras”.

Además, sus cuidadores la estimulan motivacionalmente para que camine y fortalezca su musculatura.

En cuanto a su traslado al “Global Sanctuary for Elephants” de Mato Grosso, en Brasil, un espacio donde especialistas podrían brindarle el tratamiento adecuado para su pododermatitis crónica, además de vincularse con otros ejemplares de su misma especie en un ambiente más apropiado, desde el Municipio se anticipó que aún no se concretó la autorización del gobierno brasilero.

“El traspaso de Pelusa al santuario de elefantes del país vecino fue aprobado por los profesionales de Fauna de la provincia de Buenos Aires, del gobierno nacional y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), pero se aguarda el visto bueno de sus pares en Brasil dado que el santuario aún no tiene la autorización de la Secretaría de Ambiente brasilera para recibir elefantes”, dijeron de la Comuna.

Ese será recién el primer paso: una vez aprobado, se hará una evaluación exhaustiva del estado de Pelusa por parte del especialista Scott Blais (del equipo del Santuario de Elefantes de Brasil), el equipo veterinario del Zoo local y veterinarios expertos en elefantes del ámbito internacional. Está previsto que en noviembre llegue Rinku Gohain, un especialista hindú, a realizar una junta médica veterinaria para analizar la situación.

“Llegado el momento, se valorará con responsabilidad su estado general, se respetarán sus tiempos y se esperará lo que sea necesario para que esté preparada”, se informó desde el futuro Bioparque platense.

UNA VIDA JUNTO A LA CIUDAD

Las crónicas cuentan que Pelusa llegó al Zoo local el 2 de diciembre de 1968 desde Hamburgo, con apenas dos años de edad. Aunque la suya es una especie gregaria, Pelusa ha pasado casi toda su vida en soledad. El hecho de que su única compañía, la elefanta Kendy, muriera en 1969 al año de su arribo a La Plata, y las dimensiones de su hábitat no fueran suficientes para incorporar un macho, ha llevado a que con los años ella adoptara “a los sucesivos cuidadores como miembros de su manada”, según han explicado desde el Zoo.