Louta: un salto a lo desconocido

Definir qué es Louta es imposible, al menos bajo las categorías cerradas del siglo XX. Su disco de 24 minutos, publicado en YouTube, mezcla cumbia, hip hop y electrónica tribal. Su show es todavía más inclasificable: no hay banda, pero hay música como el telón de una puesta en escena teatral escenario para la voz y la danza de James y los bailarines que lo acompañan.

¿Es músico indie? ¿Actor? ¿Performer? En principio, Louta es un nombre, “una marca”, y no un artista: el hombre detrás del nombre es Jaime James, que trae su show a La Plata el viernes, donde, cuenta a modo de ejemplo, “sale un pibe que es de los ‘50 pero baila una coreografía de hip hop y termina gritando como si fuera un político” hay algo que no está definido”.

Y hay intención detrás de la indefinición: “En la pelea por definir surge siempre algo interesante: está bueno que intentemos definir, y como siempre definir es un intento, en ese intento surge la potencia, en la fricción en lo que se deja sin entender con el que intenta entender”, analiza en diálogo con EL DIA.

La búsqueda del proyecto de Jaime es generar en este sentido “espacios en negro, donde la otra persona pueda llenar el contenido”, porque “me parece interesante generar preguntas con las cuestiones creativas: si es un personaje, si soy yo, si son actores, si es teatro, si es música, si es un personaje de otra época... En toda esa mezcla aparece la posibilidad de que a vos se te ocurra lo que tengas ganas: eso es lo lindo, cuando alguien permite que entre en juego”.

Jaime es budista, una filosofía que influencia esta obra híbrida, sin casilleros: “A partir del budismo pude romper con las barreras que me impedían desarrollar mi persona, y dentro de eso estaba el poder generar una cuestión creativa. Pero es más profundo que la creatividad misma: el budismo me permitió romper con el miedo, poder conectar mucho más con las personas, descubrir mi potencial”, revela el hijo de Diqui James, fundador de Fuerzabruta, y Ana Frenkel, coreógrafa, ambos influencias decididas en el show de Louta.

Y también su tío, el ex líder de La Portuaria Diego Frenkel, marcó su vida y llevó sus inquietudes hacia lo musical, espacio donde se refleja la misma mixtura que en su puesta en escena. “Los géneros musicales son herramientas para usar, no lugares donde quedarse a descansar”, explica sobre su particular fusión, opina que la noción “se está quedando un poco atrás” y que para él lo importante al componer es que “primero esté la sensación, y después hay que encontrar cuál es la mejor herramienta”.

EL DISCO

“Louta” es el nombre del disco que ya supera las 80 mil reproducciones en YouTube. “Tomé la decisión de hacer un disco porque más allá de que tenía inquietudes creativas, si no hay lugar donde anclar todo eso, pierde sustancia, no va para ningún lado. El hecho de decidir publicar le permite a uno fortalecer un montón de espacios”, cuenta Jaime, para quien en esa esa relación con el mundo concreto “es cuando el artista se enfrenta a lo que pasa en la realidad: la creatividad la tenemos todos, pero en ese enfrentamiento entre la idea y la realidad, la idea y el sonido, surge la potencia. E incluso así es la vida, uno está luchando entre donde quiere ir y donde va la marea”.

¿En qué pensaba Jaime al componer “Louta”, un disco con resonancias a Gorillaz pero escrito desde el sur? “La influencia es la vida, no tanto las bandas. Me copan algunos escritores, algunos directores de cine, algunos músicos, pero lo mio tiene que ver más con otra cosa. La influencia tiene que ver más con artistas que se permitieron romper con algo, y me dijeron ‘¡ah! Se vale hacer esto’”, dice.

Y continúa: “Viste que a veces da bronca que alguien se anima a algo y uno lo quería hacer pero pensó que no valía. Alguien se animó a meter el gol con la mano, y así habilita a otros espacios: me parece que cada artista que se toma el atrevimiento de romper con algo abre un montón de lugares”. Lo admirable, explica, no es la ruptura concreta que generó ese artista, sino que “lo que generan es hacer entender que se puede romper con cosas: no solo con algo concreto sino con todo: se universaliza el acto”. Por ese camino va Louta.

Pedro Garay