“La Nona” o la vigencia de un clásico inoxidable
Edición Impresa | 27 de Octubre de 2017 | 03:50

En la Sala del Taller de Teatro de la UNLP, 10 entre 54 y 55, se ofrecerá el sábado a las 21 la última función del año de “La Nona”, emblemática pieza de Roberto “Tito” Cossa, en versión de Norberto Barruti, y con escenografía de Quique Cáceres.
Con las actuaciones de Abril Grotadaura, Mariela Marconi/Laura Lago, Horacio Martínez, Pablo Pawlowicz, Graciela Sautel, Oscar Sierra y Néstor Villoldo, la obra nos presenta una familia de clase media que convive con la abuela, la Nona, una anciana inmigrante y centenaria; un ser asexuado, tragicómico, grotesco, con un hambre insólito y sobrenatural.
La insaciable voracidad de la Nona será, sólo en apariencia, el motivo fundamental de la ruina económica de esta familia: La descomposición moral del grupo irá en aumento hasta que todos, a su modo, terminarán sucumbiendo, víctimas de la incapacidad de afrontar y modificar su realidad, excepto la Nona.
“Lo interesante de ver es no tanto el problema de los integrantes de esta familia, sino cómo intentan, en vano, solucionarlo, y cómo lo cuenta el director”, consideró Laura Lago, en diálogo con EL DIA.
Según explicó la actriz, que anteriormente trabajó en “Babilonia” en la misma sala y con el mismo director, Barruti exprime al máximo las herramientas que hacen de esta historia un grotesco, proponiendo una pieza en la que el humor negro y el absurdo emergen de una estructura dramática que envuelve toda la acción.
“Todos los lenguajes que arman la situación del teatro, están en la misma sintonía. Desde todos los aspectos, se guía al espectador a la lectura de la obra. Si bien hay comicidad, el trasfondo es trágico, dramático. La comicidad sale, se subleva, pasa, pero las situaciones son dramáticas”, agregó la intérprete.
La metáfora de la pieza, que Cossa escribió en la convulsionada década del setenta, está puesta en “lo que en cada familia o en cada grupo no se puede solucionar”.
Lago remarcó que “el mismo autor dice que La Nona es la dictadura, lo siniestro, esa cuestión del poder autoritario que se sobrepuso a todo” y contó que fue escrita en dos momentos: “la primera parte que era una Nona simpática, si se quiere, que se comía todo, y con los ensayos se la completó con esta parte siniestra: algo que no está resuelto en la sociedad y que aflora y tiñe de negro todo”.
Pero en escena no se habla ni de la dictadura, ni del contexto y eso, precisamente, es para Lago la “clave de su valor metafórico”: “Es una obra que se puede hacer en cualquier momento, y siempre va a hablar de cosas que no están resueltas. Es una pieza que ha trascendido las fronteras, siempre manteniendo esa tensión: lo que no se puede terminar de digerir. Por eso es clásico”.
En su libro “Escribo para Estrenar”, Cossa aseguraba que “el teatro argentino no responde a una sola estética. Nunca la tuvo, lo cual le hace bien. Lo que queda con los años, como lo veo yo, es como una gesta popular. Fue el espectador medio, nuestra gente, la que se fue identificando con algunas obras. Por eso las que aún quedan son las obras de tipo social, las que expresan la realidad de su tiempo”.
Y en la misma línea, hace unos años, se pronunció el actor Osvaldo Soriano, quien le dio vida en el cine a “La Nona”, quien consideró sobre la obra del autor y su vigencia: “Cossa es uno de los mas ricos autores sociales contemporáneos y una cosa me parece segura: cuando otras generaciones hayan enterrado a la nuestra, el teatro de Cossa servirá, mejor que las noticias de los periódicos y los sesudos estudios sociopolíticos, para interpretar lo que fue la Argentina de nuestro tiempo, su humor, su dudosa grandeza, su trágica caída”.
EDUCATIVO
Durante todo el año, la Sala del Taller de Teatro ofreció este espectáculo hasta tres veces por semana. Además de la función semanal de los sábados, a precio popular ($100), los martes y los jueves “La Nona” se presentó en el marco del ciclo “Los clásicos en cartel. Las escuelas al teatro”, con funciones gratuitas para Instituciones Educativas de nivel medio de la Región.
Previo a las funciones, la Biblioteca Teatral de La Plata “Alberto Mediza” brinda al docente a cargo material referencial de la obra, los autores, su época, etc. A solicitud de los colegios y posteriormente a las presentaciones, integrantes de las instituciones citadas, realizan visitas a las escuelas que asistieron, donde se realizan debates en particular sobre lo visto y en general sobre el arte.
La Biblioteca Teatral de La Plata “Alberto Mediza” brinda el marco de investigación; el Taller de Teatro de la Universidad Nacional de La Plata es la institución que cuenta con la posibilidad de poner en escena estos clásicos; y la Asociación Amigos es quien realiza las gestiones para conseguir los recursos que permiten poder continuar con este exitoso proyecto.
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