Una feroz granizada hizo desastres en Córdoba, San Luis y Santiago del Estero

Hubo familias evacuadas y en algunas zonas cayeron piedras del tamaño de una pelota de ping pong

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Autos empantanados en medio de caminos intransitables, familias evacuadas, árboles caídos y un sinfín de casas dañadas fue el saldo que dejó una potente tormenta de lluvia, viento y granizo en San Luis, Córdoba y Santiago del Estero.

Si bien las localidades puntanas de Naschel y Villa Mercedes fueron las más afectadas, el temporal también hizo lo suyo en Catamarca y Formosa y dejó caminos anegados en varias localidades de Córdoba, como El Embalse, Río Tercero o La Cruz. De todos modos, fuentes de bomberos voluntarios precisaron que “no hubo que lamentar víctimas ni heridos”.

Las fuentes apuntaron que en Naschel, situada 120 kilómetros al norte de San Luis, “dos familias tuvieron que ser evacuadas porque se derrumbaron los techos de sus viviendas, que se inundaron completamente provocando pérdidas materiales totales”.

En el caso de Justo Daract, ubicada en uno de los extremos de la ruta nacional 7 cuando cruza la provincia, la piedra cayó “en seco” y luego vino la lluvia.

Allí, la Red de Estaciones Meteorológicas (REM) de la Universidad de La Punta (ULP) registró sólo 2,6 milímetros de lluvia caída.

En tanto en Villa Mercedes, 92 kilómetros al este de San Luis, el fenómeno meteorológico incluyó la caída de granizo de gran tamaño que “causó importantes daños en techos de viviendas, cartelería y en los automóviles estacionados en la vía pública”, según detallaron.

Para Córdoba, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) había emitido en las últimas horas un alerta a muy corto plazo en el que advirtió por tormentas fuertes con lluvias intensas, ráfagas y ocasional caída de granizo para localidades de Santiago del Estero y Córdoba.

GRANIZO GIGANTE

Una granizada con piedras del tamaño de una pelota de ping pong también causó daños en techos y estructuras de viviendas y automóviles en la ciudad de Formosa, donde regía un alerta meteorológico por este fenómeno, agravado por fuertes vientos y lluvias.

El tamaño de las piedras fue lo más llamativo para una tormenta que estaba anunciada, ya que en algunas zonas de la capital formoseña rompieron parabrisas, chapas y tejas de las casas. Algunas personas que tenían sus vehículos al aire libre, debieron utilizar cascos de motociclistas ponerlos a resguardo de la tormenta.

Las aseguradoras trabajaron hasta última hora, dado que los propietarios de automóviles afectados por el fenómeno se presentaron a solicitar reparaciones, mayoritariamente en “parabrisas, lunetas y vidrios laterales de sus vehículos”, indicaron fuentes del sector.

 

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