Un técnico que sabe lo que es jugar en la altura

El responsable de la conducción técnica de la Selección nacional es un entrenador con una larga trayectoria en el fútbol sudamericano y en ese interín, que comenzó en 1994 en Casilda, estuvo al frente de Emelec de Ecuador (2010) y consiguió todo tipo de resultados visitando Quito.

Es que Jorge Sampaoli festejó en cuatro ocasiones, sumó un empate pero también en los 2.850 metros de altura sobre el nivel del mar recibió dos goleadas aplastantes contra la Liga Deportiva Universitaria de Quito, dirigida por el ex seleccionador nacional Edgardo Bauza, y El Nacional por 5-0. Aunque también cayó dos veces más.

Por ese entonces, las duras derrotas contra los dos equipos más grandes de la capital ecuatoriana lo dejaron cerca de perder el puesto en Emelec por pedido del público, pero con una excelente campaña revirtió la situación.

Su paso por la institución de Guayaquil finalizó con el número uno de la tabla anual, como consecuencia de los 92 puntos, y a pesar de ello quedó como subcampeón, tras perder en el mano a mano con la Liga de Quito, ya que en la ida lo venció (1-0) y en la vuelta sucumbió (2-0) nuevamente en la altura.

“La altura en este tipo de instancias debe ser sólo un detalle. Tenemos que funcionar como lo hemos hecho hasta ahora con nuestras armas, y no creo que sea un impedimento para que juguemos con intensidad ante Liga la final”, explicó un año después de ese traspié cuando le tocó regresar como DT de la Universidad de Chile por la final de la Copa Sudamericana.

Y allí, la historia resultó diferente porque Sampaoli se plantó con su conjunto, que desplegó un fútbol de alto vuelo en toda la competencia y le abrió las puertas para el representativo chileno, a donde llegaría en el 2012. Con gol de Eduardo Vargas se llevó un éxito importante en la ida y se vengó de Bauza y los argentinos Hernán Barcos, Ezequiel González y Lucas Acosta.

De esta manera, Sampaoli buscará al frente se la Selección nacional la clasificación al Mundial Rusia 2018 o por lo menos el repechaje, en un lugar que conoce en detalle y que le dio alegrías y tristezas deportivas.