Una saga interminable de violentos episodios
Edición Impresa | 2 de Noviembre de 2017 | 02:13

Cuesta imaginar, en cualquier oración, términos que debieran estar más alejados que “escuela” y “violencia”. Sin embargo, la realidad del sistema educativo, en nuestra región, insiste en yuxtaponerlos. Los ataques vandálicos que tienen como blanco los edificios escolares, y las agresiones de todo calibre entre los diferentes protagonistas, abonan un clima cada vez más enrarecido y contribuyen con la paulatina y prolongada declinación de la calidad de la enseñanza, sin soluciones a la vista.
Alumnos contra alumnos, dentro y fuera de los edificios escolares. Padres contra maestros. Estudiantes contra profesores. Padres contra directivos. Alumnos contra los coches de los docentes. Estudiantes contra las instalaciones de los colegios. Lejos de ser el oasis cotidiano en el que los chicos dejan atrás por un rato sus vicisitudes y se forman entre pares, las aulas reciben y amplifican todas las miserias.
Los episodios violentos en torno a la Escuela Técnica 7, en pleno centro (ver aparte), son apenas los más recientes de un fenómeno que no cesa. Días atrás, la que estuvo en el centro de la escena fue la Escuela Primaria 16 de El Dique (123 y 53), donde un padre agredió a docentes y el director fue agredido cuando intentó parar una batalla campal entre alumnos.
Antes, el combo de violencia estalló en la Escuela Primaria 45, de 68 entre 115 y 116, cuando quince alumnos golpearon a uno en el patio y luego una revuelta en un aula terminó con vidrios rotos, sillas y pupitres por el aire. Esto no fue todo: hubo amenazas con armas blancas, un chico de diez años quedó tirado en el baño pintado con lápiz labial tras haber sido agredido, y los padres decidieron montar guardia en torno al establecimiento para evitar males mayores.
Otro colegio atacado fue la Técnica 2 de Beriss-o (12 y 169); vandalizado durante un fin de semana, tuvo que suspender clases el lunes y obligó a sus estudiantes a colaborar en las reparaciones. A varios kilómetros de allí, la Escuela Secundaria 45 (23 bis y 85), es epicentro de los avances de una banda que asalta a los adolescentes con facas y picanas y rompe los vehículos a los maestros.
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