El poco peligro en ofensiva, uno de los problemas del Estudiantes de Bernardi

Las estadísticas del partido que Estudiantes perdió ante Tigre marcaron que el conjunto conducido por Lucas Bernardi tuvo el 65% de la posesión de la pelota y fue efectivo en más del 80% de sus pases pero, como contrapartida, casi no generó situaciones de gol. El bajo de nivel de jugadores como Gastón Fernández, que tienen que encargarse de la gestión del juego en ofensiva, y sumado a la ausencia de un jugador claro en la delantera, provocan que el Pincha le cueste inquietar el arco rival y luego termine penando en el propio.

Desde que asumió el actual cuerpo técnico pincharrata, una de sus premisas fue que los jugadores se hagan dueño de los partidos mediante la tenencia de la pelota y el traslado de la misma. Si se repasan los números fríos de los seis encuentros que dirigió, en la mayoría ganó la posesión del balón. Pero analizando lo que ocurrió en cada uno, esa tenencia ocurrió de tres cuartos de cancha hacia atrás.

Curiosamente en el encuentro ante Temperley la posesión del equipo estuvo por debajo del 50%, pero estuvo el equipo efectivo de mitad de cancha hacia adelante en la primera media hora del partido y logró quedarse con una contundente victoria con un 3-0 en el marcador.

El mayor desafío de acá a fin de año para Bernardi, pensando en lo que será un primer semestre del 2018 exigente con Superliga y Copa Libertadores, será que su equipo sea peligroso cuando ataca y no se vuelva predecible. Frente al Matador apenas lo inquietó en dos ocasiones durante los 90 minutos a pesar de estar más de la mitad del tiempo con la pelota en su poder.

EL BAJO RENDIMIENTO DE LOS QUE GENERAN JUEGO

Una de las razones de esta realidad albirroja es el pobre nivel futbolístico de los jugadores encargados de generar juego de mitad de cancha hacia adelante. El más significativo es el de Gastón Fernández, que no logra ser aquel que se fue del club un año atrás siendo el “As de espada” del equipo jugando y haciendo jugar a sus compañeros.

Luego hay otros jugadores que muestran algunas pinceladas en algunos partidos pero que no logran regularidad, como son los casos de Lucas Rodríguez, quien fue rotando en su posición y rol dentro de la cancha en el último tiempo, y Fernando Zuqui, quién se destaca por su despliegue pero por momentos pierde claridad a la hora de aclarar el juego desde el círculo central.

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Ante este panorama, el jugador más claro con la pelota en sus pies en el ciclo Lucas Bernardi termina siendo Rodrigo Braña, que no estuvo presente ante Tigre por una lesión muscular. El Chapu, que tiene como función ser volante de contención, termina siendo el jugador no solo raspa sino que también clarifica las jugadas. Si repasamos los números, el tres veces campeón con Estudiantes es quien dio más pases correctos (193) desde que el rosarino es el técnico.

JUGAR CON UN NUEVE O NO, ESA ES LA CUESTIÓN

Muchos adjudican la falta de jugadas de riesgo de Estudiantes a la ausencia de un delantero definido en el equipo, ya que Mariano Pavone solamente jugó como titular en un solo partido desde que Bernardi es el entrenador. Si bien en el partido ante Tigre el Tanque no formó parte por un estado gripal, a excepción del partido ante Argentinos el entrenador apostó a jugadores como Juan Otero o Pablo Lugüercio, quienes no se desempeñan ciento por ciento como atacantes.

En muchas ocasiones el equipo pincharrata pierde peso en el área cuando genera ataques por las bandas, ya que los centros no encuentran a ningún referente claro en el área. Tampoco terminan siendo positivos los pases largos, debido a la falta de alguien que pueda aguantar de espaldas al arco.

Es válido aclarar que, exceptuando Pavone, el plantel actual albirrojo carece de delanteros de área. Francisco Apaolaza, atacante 1997 de la Reserva, es el que aparece por debajo del Tanque pero, por ahora, no ha entrado en la consideración del entrenador, ya que ni siquiera ha concentrado.