Independiente le ganó el clásico a Racing con equipo de suplentes y un expulsado
Edición Impresa | 26 de Noviembre de 2017 | 05:52

Hubo matices que le dieron un toque diferente al clásico de Avellaneda que anoche tuvo como escenario el Cilindro de Racing, que con la notable ausencia de Lisandro López, la cual hizo muchísimo ruido en la previa, recibió la visita de un Independiente alternativo, pues cuidó a sus titulares para el partido del martes de la semana que viene, frente a Libertad de Paraguay, correspondiente a semifinales de la Copa Sudamericana.
Más allá de la polémica decisión adoptada por Diego Cocca, esa de relegar al ídolo, la Academia llegó a la décima fecha del campeonato oficial de Primera con el ánimo por las nubes tras la victoria frente al puntero Boca, en la Bombonera, para recibir a un Rojo al que este cruce le cayó de lo más incómodo, ya que su objetivo mayor está en revertir la derrota por un gol sufrida en Paraguay.
Estas cuestiones, obviamente no le restaron clima a un partido que no tardó en calentarse, particularmente alrededor de Lautaro Martínez, el juvenil al que se le impuso un fuerte dispositivo de marca para evitar sus corridas en dirección al arco defendido por Gonzalo Rehak. Corridas, cruces, reclamos y tarjetas aparecieron en la búsqueda inicial del conjunto local, que encontró el gol a través de Diego González, anulado en fallo equivocado.
Independiente aguantaba en terreno propio, y casi no había pasado la mitad de la cancha cuando en el límite de la primera media hora de juego Leandro Fernández despojó de la pelota a Sergio Vittor en la salida, y con un zurdazo cruzado puso en ventaja al visitante, que en forma casi inmediata se quedó con uno menos por la expulsión de Rodrigo Moreira, por doble amonestación tras una falta para evitar que se filtrara Lautaro Martínez.
Se equivocó primero Germán Delfino, y le mostró la tarjeta amarilla a Fernando Amorebieta, pero lo corrigió el juez de línea de ese costado, y roja para Moreira.
Ariel Holan buscó rearmar la última línea con el ingreso de Néstor Breitenbruch, en lugar de Walter Erviti, y el Rojo siguió aguantando, aunque sin resignar la idea de salir rápido en contragolpe. Por esa vía, con el final del primer tiempo a la vista, porque se jugaba el tercer minuto de descuento, Leandro Fernández se hizo cargo de un tiro libre que viajó por arriba de la barrera y salvó el arquero con un manotazo.
A esta altura, desde las tribunas ya se empezaba a reclamar la entrada de Lisandro López, uno de los focos de este nuevo clásico de Avellaneda, que se perdió el triunfo contra Boca por un cuadro gripal, y Cocca lo dejó afuera para el cruce con Independiente, lo cual causó más ruido en la Academia que el gran triunfo en la Bombonera.
Su lugar fue ocupado por Enrique Triverio, hasta que las circunstancias le ganaron la pulseada al director técnico, quien dispuso el ingreso de Licha, por Egidio Arévalo Ríos, para apagar el incendio en el segundo tiempo. Esa fue la idea, claro, porque en realidad su protagonismo no fue lo central que se podía imaginar.
Igual, la Academia se hizo cargo del campo y de la pelota, apretando el juego cada vez más contra el arco del juvenil Gonzalo Rehak, a quien un palo salvó del empate de Lautaro Martínez a los 23 minutos, y quedó en inferioridad a los 30 por una lesión muscular. Hizo lo posible por quedarse el arquero, sacó un par, hasta que Holan dispuso el ingreso de Damián Albil en su reemplazo.
Las ideas cada vez fueron menos en el local, que terminó repitiéndose en los centros y remates desde afuera del área, contra una defensa que aguantó firme. Acorralado, el Rojo defendió la ventaja mínima, prácticamente sin poder brindar alguna señal de ataque, hasta que pasada la media hora, con el final a la vista, una corrida de Leandro Fernández encontró a Juan Manuel Martínez entrando libre con todo a favor, aunque le faltó puntería al Burrito para liquidar un clásico verdaderamente increíble.
La suerte de Racing estaba marcada, no fue una buena noche para la Academia, y a los 43 minutos, en el último intento, el que falló de nuevo fue Lautaro Martínez... El árbitro adicionó seis minutos, los albicelestes continuaron empujando, con más corazón que buen juego, a un Independiente que se multiplicó.
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