Arte y juego para aliviar la espera en los consultorios pediátricos

Crece el recurso del arte como herramienta para la integración y la inclusión. En este caso es el Museo Provincial de Bellas Artes el que tiende un puente a los más chicos y sus familias mientras esperan la atención médica en la antesala de los consultorios externos del Hospital Noel Sbarra. Todos los jueves al mediodía, el espacio cultural de 51 entre 5 y 6 se acerca al centro pediátrico de 8 y 67 con láminas, catálogos y material didáctico y entretiene a la vez que enseña artes plásticas a los pequeños pacientes.

La propuesta surgió en el área de Educación del Museo. Con la idea de extender lazos a la comunidad se pensó en un lugar con permanencia de niños y se elaboró un proyecto que tenga en cuenta todos los aspectos del desarrollo infantil, es decir, lo intelectual y lo psicomotriz. Así, los chicos y también los padres que los acompañan a la atención médica, se interesan en las obras del patrimonio del museo y se lanzan también a la creación artística.

Durante una hora y media, un promedio de 15 chicos arma con figuras de fibrofácil esculturas cuyas formas se inspiran en los murales del Hospital o en obras de la colección del museo. También dibujan y pintan sobre blocks de hojas. De los trabajos que se realizan en muy pocos minutos, antes de ingresar al consultorio, surgen paisajes, retratos, figuras humanas y naturalezas muertas que suelen relacionarse con los más conocidos lienzos de artistas del renombre de Fernando Fader y Quinquela Martín.

Son varios los objetivos que se persiguen con el proyecto. “Por un lado tratamos de atender la diversidad cultural, social y etaria que se encuentra en el Noel Sbarra, y por otro lado apuntamos a tirar abajo esa idea elitista que se tiene de los museos, que se cree que son sólo para los entendidos. Ya hace años que no es así; que se intenta acercar la actividad de los museos a toda la comunidad”, destacó Andrea Trifiletti, quien junto a Laura Incurato, Maria Emilia Henreinch y Patricia Caro llevan adelante la iniciativa.

Ese sector de la ex Casa Cuna suele verse desbordado de chicos que, para pasar el rato antes de ser llamados por el profesional que los atenderá, suben y bajan corriendo frenéticamente por la rampa de acceso al Hospital. Tal es la atención que despierta a los nenes el hecho de jugar con el arte que los jueves, entre las 12 y las 13.30, nada se interpone en la entrada del centro asistencial, que queda totalmente despejada al paso.

La mayoría de los chicos que participan de las actividades tiene entre 2 y 10 años.

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