Sin mayor jerarquía individual será difícil que la idea asimilada crezca

Quiere y no puede. Avanza para luego retroceder. Cuando, tímidamente, empieza a ilusionar, enseguida se derrumba. Su plan de juego está repleto de buenas intenciones, aunque es el modo de ejecutarlas en la cancha el que termina condenándolo a un presente que enciende la bronca de sus hinchas.

Gimnasia cree en una idea y parece convencido del camino que quiere recorrer, pero la estatura futbolística de aquellos que la interpretan marca un límite. La falta de creatividad en ataque y de carácter para abortar los intentos del rival, terminan dejando en soledad a ese entusiasta y pulcro traslado de la pelota.

Este “Lobo” trabajado con empeño por Mariano Soso está a mitad de camino. Transcurridas diez fechas, presentó credenciales inconfundibles que le han deparado escasas satisfacciones; apenas tres victorias. Y eso pesa. Cada vez más. Son mayoría los “triperos” que aprueban y apoyan las características de la apuesta general, pero, al mismo tiempo, necesitan buenos resultados que los inviten a seguir creyendo.

El paso por Córdoba significó una muestra más de que las intenciones, los movimientos mecanizados y el libreto guionado en cada práctica demandan mayor eficacia. Algunas preguntas adquieren tanta fuerza que no necesitan respuestas ampulosas. ¿Gimnasia defiende bien? ¿Genera buenas combinaciones de mitad de cancha hacia adelante? ¿Ataca como le demanda su propio libreto de prolija elaboración?

¿Cómo puede mejorar de acá al domingo?

En cinco días vendrá River al Bosque. Su actualidad ha perdido brillo y confiabilidad. Es un buen momento para vencerlo, pero todo dependerá del nivel de mejoría que pueda alcanzar el anfitrión. Esa es la clave.

Más allá de cualquier nomenclatura moderna, Gimnasia deberá ser mucho más enérgico de lo que fue en Barrio Alberdi. Nadie pide que altere la esencia de su matriz de juego, pero sí que su personalidad colectiva sea menos permisiva con el ímpetu de su rival.

En la charla gritona del café, en la oficina, en el aula o en la parada del colectivo, cualquiera lo diría sin eufemismos: Tiene que poner más. Todos deben romperse el alma corriendo. Marcar, “morder”, asfixiar al contrario y no dejar que se meta en el área como ocurrió en el primer gol de Belgrano, es una buena parte de lo que le está faltando.

Puede parecer una exigencia retrógrada, de tono cavernícola, pero a la candidez de su juego debe adosarle, con suma urgencia, garra, corazón y lucha. Está muy bien que aproveche lo que falta de acá al domingo para repasar los aspectos que crea conveniente el cuerpo técnico, pero será esencial que modifique su carácter a la hora de defender. Si no consigue marcar mejor, no tendrá chances de ganar.

ESTÁ MUY CLARO QUE NECESITA REFUERZOS

Para que esta identidad de juego tan ambiciosa pueda crecer, será imprescindible la llegada de, por lo menos, un par de refuerzos. Con jugadores de mayor riqueza técnica podrá alcanzar un estándar de juego superior. Hoy, en plena etapa de competencia, debe lograr un rendimiento mejor con lo que tiene y ese es el gran desafío para las dos últimas presentaciones del año.

Mientras la gente debate sobre cuáles son los puestos que debe reforzar, Gimnasia necesita ya dar un salto cualitativo en la manera de disputar los partidos. Podrá no acertar los pases, pero de ningún modo flaquear en la intensidad anímica.

“Paciencia, esto es apenas el comienzo de una etapa distinta en el club. Todo proceso demanda un tiempo”. El mensaje que emana desde el club suena criterioso. También es coherente esperar de un equipo profesional que sea enérgico ciento por ciento en cada presentación.

En diciembre tendrá que buscar y encontrar la jerarquía que le está faltando. Hoy, mañana, pasado y cada día que le falta para irse de vacaciones, deberá recordar que para engordar su carácter, para ser más bravo, no es necesario esperar el mercado de pases.