La Orquestonga en La Plata: bailar, cantar y el arte de la resistencia en América latina

La superbanda de música latina que se pasea por todos los ritmos, de la cumbia al son, trae su fiesta mañana a la Ciudad

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Como productor, arreglador y compositor, Lolo Micucci, egresado del Conservatorio platense, participó en la realización de más de cien discos que incluyeron nombres como Luciano Pereyra, Moris y Soledad. Compuso temas para artistas como Lali Espósito, escribió música para TV y radio. Ganó el Gardel por su trabajo con Pereyra en “Con alma de pueblo”, y en ese 2013 fue nominado también a un Premio Grammy. Además, editó cinco trabajos como solista. Pero algo le faltaba.

Y algo de ese algo intuyó cuando su trabajo lo llevó a Cuba: Lolo volvió “entusiasmado” tras ver “las orquestas de allí”. Por ese entonces giraba junto a Juan Bonaudi, cantautor montevideano, realizando shows “con pocos músicos”: tras aquel viaje, surgió “la necesidad de hacer algo más grande”, y así nació La Orquestonga, superbanda de más de una decena de artistas que se juntaron con el objetivo de “hacer música latinoamericana y bailable: tomarse un colectivo desde México hasta el Estrecho de Magallanes, parando en todas”.

Bonaudi y Micucci fueron sumando miembros a su proyecto que hoy cuenta con el destacado trompetista Miguel Angel Tallarita (actualmente integrante de la banda que acompaña al Indio Solari); el saxofonista Sergio Colombo (integró Los Cafres y Dancing Mood); el percusionista y baterista catalán Roger Bas (quien tocó junto a Joan Manuel Serrat), el trombonista Fernando Albareda (Los Fabulosos Cadillacs), el percusionista cubano Jansel Torres, el trompetista Iván Carrera (Los Pericos y Los Auténticos Decadentes), el acordeonista Lucas Guzmán (Karamelo Santo), el guitarrista Federico Elías (se desempeñó en varios proyectos solistas y en el área del teatro) y el bajista Horacio René Salerno (Huancara, Asado Violento y Unos mates).

“Se armó una especie de ONU”, se ríe Micucci en diálogo con EL DIA: esta Orquestonga traerá a la Ciudad, mañana a las 21, su primer trabajo discográfico, “Un día de estos”, lanzado en marzo, que lleva el sello de los shows que se agotaron en Ciudad Vieja: una licuadora de ritmos y melodías que va desde el rock, la cumbia, la murga y el jazz, hasta el bolero y el reggae, un repertorio a todo sabor, en una gran “fiestonga danzante” con canciones propias y clásicos versionados.

La banda, con la alineación completa, llegará a la sala ubicada en 43 entre 7 y 8 para cerrar una minigira de noviembre en la que todos los “titulares” de la orquesta se juntaron: algo que no siempre es sencillo lograr, ya que buena parte del equipo suele estar comprometido a trabajos más “grandes” que este proyecto pasional: “Todos estamos en varios proyectos, pero nos mueve el entusiasmo”, explica Micucci el secreto para seguir reuniendo a la orquesta, y aunque reconoce que “no podemos competir con La Beriso, o el Indio”, se ríe y afirma que “nos son infieles pero con tipos que valen la pena”.

“Uno con la edad entiende que las cosas son móviles: hoy estamos acá, y vamos a aprovechar este entusiasmo”, analiza Lolo, para quien buena parte de ese entusiasmo proviene del hecho de que “somos todos muy amigos, después de tocar nos juntamos a comer un asado”.

PURA QUÍMICA

Esa química festiva se traduce también sobre el escenario. “Nos juntamos a hacer esta música latina y estamos atravesados por el humor y la diversión, por esa cosa alegre que tiene la música latina”, dice Lolo. ¿Baile banal, movimiento de caderas para tapar los problemas? Micucci dice que, al contrario, la “cosa alegre” de la música latina es “un gesto de resistencia: el latino se ríe, baila y festeja aún en la adversidad, sobre todo en los géneros más bailables. El folclore es un poco más reflexivo”.

La “fiestonga” que propone La Orquestonga se revela así como un “antídoto” a la realidad, que intenta rescatar la tradición de las orquestas latinoamericanas de mediados del siglo XX, una época donde “la suposición de que el baile es banal” no existía: “Ese es un gesto de los últimos años”, afirma el compositor platense, para quien esta “resistencia desde la alegría” es “algo que nos une” como latinoamericanos.

“El baile, la fiesta, se contrapone a una realidad muy injusta: cada uno hará el análisis político que quiera, pero es un continente rico, sano y virgen, donde la gente la pasa muy mal. La primera pregunta que aparece es por qué”, dice Micucci, y recuerda la “dura” frase del himno de Os Paralamas, “Inundados”, sobre “el arte de vivir con fe, y sin saber con fe en qué”.

“Un día de estos”, dice citando el nombre de su trabajo discográfico y con esperanza, “la cosa va a tener que ser distinta”. Mientras tanto, se bailará, se incitará a la fiesta: La Orquestonga, dice Micucci, no realiza esta invitación “desde un lugar de declamación o desde una posición cerrada” (“en una orquesta de más de diez están todas las posiciones, y nadie hegemoniza el mensaje”). “Dejamos que hable la energía de la música, ni siquiera de las letras”, explica.

Y por eso, cuenta Micucci, en los recitales pasan cosas. Espontáneamente, la gente rompe con la solemnidad del público y el espectador y se entrega al baile. “Gestos de alegría” que “contagian”, dice, “y que reafirman que ante la adversidad se puede seguir celebrando”.

PARA AGENDAR

Qué: La Orquestonga

Cuándo: Mañana a las 21

Dónde: 43 entre 7 y 8

 

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