San Carlos encontró el premio mayor en la última jugada y sigue con la recuperación
Edición Impresa | 30 de Noviembre de 2017 | 05:31

El grito de desahogo, la explosión de alegría de los jugadores unidos en un solo abrazo en la mitad de la cancha y el puño apretado del Flaco Jorge Vivaldo cuando salía del campo de juego, sintetizan de alguna manera la euforia que se vivió después de consumada la victoria por 1-0 sobre Atlanta, en Berisso, que significó, además, el tercer éxito en cadena y la posibilidad de respirar más aliviado con el tema del descenso.
San Carlos no debió sufrir tanto para quedarse con un triunfo agónico, que llegó en el minuto final y cuando todos ya palpitaban otro desenlace. Porque a lo largo de los noventa minutos fue el que siempre propuso, el que buscó y el que mantuvo una línea de juego coherente y equilibrada, que terminó dándole muy buenos dividendos.
Después del penal que le atajaron a Emanuel Zagert (a los 37 del complemento), el equipo no bajó nunca los brazos ni tampoco se resignó, a pesar del fastidio de los plateístas y de la chance desperdiciada.
Porque en el cuarto minuto del adicional llegó el premio que tanto buscó y del que todos festejaron. Aparición por izquierda de Wilson Gómez, una de las figuras de la tarde, y un remate bajo y esquinado que dejó sin chances a Rodrigo Lugo. Desahogo y explosión de felicidad de todo el pueblo “villero”.
SIN EMOCIONES
San Carlos salió algo dormido e incómodo por la propuesta de Atlanta. La visita, que llegó a Berisso herida por la racha negativa de cuatro derrotas consecutivas (con la de ayer llegó a la quinta), se hizo rápidamente de la pelota, a partir de los buenos movimientos de Fabián Monserrat y de Braian Miranda. Y de las proyecciones por derecha de Mariano Bettini.
La primera llegada de riesgo fue para Atlanta, con un cabezazo desviado de Tecilla, a la salida de un tiro de esquina. Y dos minutos más tarde, un bombazo desde lejos de Braian Miranda que se fue apenas desviado.
El Celeste, empezó a crecer después del primer cuarto de hora gracias al aporte del Chipi Vera, un “nueve retrasado”, que tuvo la tarea de bajar varios metros para asociarse con Fernándes Silva (otro de los que rindió con creces) para armar el juego. A ello se le sumó el trabajo de Agustín Amoroso por derecha, y de Wilson Gómez, por izquierda.
De a poco, fueron apareciendo las chances. A los 11, un disparo de Gonzalo Raverta que se fue cerca del palo derecho. Y a los 17, un bombazo “sorpresa” de Fernándes Silva que besó el palo derecho.
EL PREMIO TUVO QUE ESPERAR
En la segunda mitad, San Carlos se plantó de otra manera en el campo de juego. Se adelantó algunos metros y presionó la salida rival.
Con la misma sintonía que la del capítulo inicial, las individualidades se fueron afirmando y marcando diferencias. También fue importante la solidez defensiva, donde sobresalió el trabajo de Ezequiel Aguimcer.
Atlanta, en tanto, fue pura impotencia. Atacó sin ideas y sus intentos terminaron siempre en las manos de Bangardino o en las cabezas de los dos centrales (primer Slezack y luego Di Fulvio).
A los 37 llegó la jugada del penal. Infracción sin pelota de Tecilla sobre Zagert. Penal y expulsión. La pena máxima la ejecutó el ex Gimnasia y prácticamente se la entregó a las manos de Lugo.
Pero en el cuarto minuto del adicional, aparición por izquierda de Wilson Gómez y definición al palo derecho. Golazo y asunto terminado en favor del Celeste.
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